Ofrenda a 2017
A pocas horas de que termine 2016, la ?Mirada? de SALAMANCArtv AL DÍA traza de nuevo los surcos para llenarlos de semillas enraizadas en la esperanza, como nos invita con esta imagen de castellano horizonte Gregorio Dávila. En nombre
A pocas horas de que termine 2016, la ?Mirada? de SALAMANCArtv AL DÍA traza de nuevo los surcos para llenarlos de semillas enraizadas en la esperanza, como nos invita con esta imagen de castellano horizonte Gregorio Dávila. En nombre
Y purifique y guarde de las nieblas mi mirar en retirada. Y del olvido. Y me salve (Quintín García)
Como la pureza de un lienzo al final del día, reposa silenciosa la desnuda presencia de los árboles en la matriz de la tierra. Y detrás, la serena belleza que nada pide. Sólo nuestra mirada en la ensimismada claridad del
Cómo no haber sentido de golpe el yerto frío hasta en los ojos, raspándote la piel, como si nada quedara en el aire. Sólo la luz más cruda y desolada, la que envuelve a la piedra y al hierro, cuya escarcha trae la
La noche de la plaza. Y el árbol coronado por la estrella de luz. Algo espera el prodigio. Y será un nacimiento. Ya nada será igual. Nos viene un tiempo nuevo de promesas. Un Niño nos traerá la claridad.
Como un gesto para dejar atrás lo viejo es este mágico festín de sonrisas, miradas y colores que atraviesa la ciudad y aguza los corazones. Deslizan su galope por el asfalto para buscar el lugar donde se esconde el secreto de
La sábana tersa, el mantel tendido. Trazado sobre el bordado de la piel, se curvan el muérdago, el beso, la esperanza y el orbe brillante de una bola de navidad. Hay un verde profundo a bosque de resina dorada como el adorno que nos
Invisible está en esa masa de turrón, ofrecida en la mesa, todo el aroma de las flores que, en pasadas primaveras y veranos, libaron las abejas en árboles y plantas. Es una naturaleza muerta que invita al paladar a comulgar y
Como la vida, aquello que se va. Si pudiera detenerse el tiempo, para decir adiós. Tal es el agua que pasa por la fuente, que va hacia adentro, que invita a ir al manantial interior y olvidarse de tanto mimetismo, de tanto artificio que
Un espacio purísimo, entregado a los cielos, a la luz, a la nieve, a una claridad que impregna todo. La hilera de montañas hacia el fondo, como punto de fuga, se corresponde con ese primer plano de cruces y granitos purificados por el
Entre el cielo, la tierra y el agua todo está recogido en su rutina. Hasta la desnudez de los árboles y las plantas. Parece que todo cesa, que duerme en el frío o en la niebla, incluso la belleza o la derrota del tiempo que
Como una luna de pequeñas arañas que tejen estrellas en el telar del sueño. Como un reloj que busca sus manecillas. El mundo entero lleno de minúsculas luces. El hueco iluminado de una guitarra. Un jardín de
Ciudad que desciendes de las alas de la luz y la piedra, del aire, del silencio, dime en qué cofre escondes la esperanza o si tiene su blanca morada en cada pecho que la habita. (Jclp)
Nos acercamos al solsticio del invierno. El sol dora los muros y los vuelve tan cálidos, que parecería que nos invita a cobijarnos en ellos, a resguardarnos de los fríos, a adentrarnos en esa matriz escondida e interior que
No vienes de lejos en busca del viento y la alegría sino del deseo que la perpetúa. Razón para amar la vida, para sentirla a cada instante, más allá de las sombras. Pues hermoso es nacer de la noche y la lluvia en
El río tiene orillas de sueño, el puente brazaletes de plata. En los árboles, el alto otoño vive ya su atardecer. Las hojas cubren el embarcadero, donde un día tocaste un ramo de corazones. (Jclp)
De lo que dentro de poco será nada. Allí, donde la luz del frío en la mañana se hace silencio para el que sabe oír más allá de los límites. Así habla el cielo y el agua, que tanto
Hay siempre una mano de la que brota el suave latido de la luz, la que sostiene con dulzura el tiempo de la casa, una flor roja entre sus dedos. La mano que acoge en su cuenco el suave e inocente latido en dirección a la Navidad. Es la
Me basta contemplarte para sentir el silencio, la grandeza del hombre que alzó sus ojos y manos, su oficio, para alcanzarlo. Miras el cuadro, cada figura, cada trazo, cada piedra y ves un trozo de cielo, una casa habitada. Está tocada
La paz de la luz está cosida a la niebla. Las ramas de las encinas cortan el paisaje con una sutil melancolía. Desde su delicado silencio, el campo es en estos fríos días de otoño un tenue eco luminoso que destila
Como oleadas amarillas, llegan las hojas desde los huertos próximos, ya huérfanas de las ramas en que vivían, hasta esta calle que se engalana con ellas. Las oleadas del otoño. Una belleza muerta que nos habla del
El frío es tan puro como la ausencia o el silencio, que suele ser casi lo mismo. Está cosido por gélidos hilos de aire y agua, libres de luz, como cicatriz a la alambrada. Al otro lado, la extraña claridad de una
Siempre sentiré el calor no de aquel que en primavera se olvida del dolor en los verdes campos y la luz le ciega sino del que, llegado el invierno, abriga su piel en mi frío y con sus manos toca las flores de la escarcha y me las
Hasta que el cielo esté repleto de almendros y flores de pascua y los ojos se llenen de nubes que hablen de ti y tus recuerdos. Será un mes de diciembre, cuando el belén convoque a niños sin edad. (Jclp)
Si más que un árbol de hierro, sostuvieras el cielo o de vez en cuando el viento y derramaras leche y miel, serías más que un jirón de palabras, un horizonte, allí donde no habría más que
Seguramente haya cosas que no se puedan contar nunca con palabras si se sienten, como el silencio del musgo, el nacimiento del alba, el vuelo de los pájaros en las manos de Dios, la avena que crece; como un beso en los labios más
El mundo también está ahí, más allá de la piedra y la catedral, donde el tiempo se queda con el sol, el agua y las hojas del alto otoño. En ese espacio en el que se siente la epifanía del silencio,
El hombre que camina, de espaldas a nosotros, no nos contempla. Vuelve de su labor, ensimismado, con el sacho al hombro, esa herramienta de cavar y conducir las aguas, rumiando para sus adentros algunos de los hechos de su vida. El asno ¿lo
Por encima del cielo, lo que purifica está en tus ojos. Es el alto otoño y las nubes desnudas en el viento duermen como un manto sobre el agua del río. Qué importa si desconoces adónde va el mundo. (Jclp)
Cómo pronunciar árbol, helada, serenidad, surco o luz, si son semilla, las palabras puras del alto otoño. Lo que nada pide. La plenitud del aire. Las señales que dan sentido a lo pequeño. La certidumbre del hueco