Vela por la tierra
Está ahí siempre quieta, a la intemperie. Ella cuida del tiempo y de los ojos que la miran. Se entrega hasta dar el fruto. Bajo el cielo, es la casa que acoge al pájaro. Vela por la tierra, el lugar esencial. (Jclp)
Está ahí siempre quieta, a la intemperie. Ella cuida del tiempo y de los ojos que la miran. Se entrega hasta dar el fruto. Bajo el cielo, es la casa que acoge al pájaro. Vela por la tierra, el lugar esencial. (Jclp)
Yo nací atado a un manojo de espigas y, tras el primer te quiero, vivo en la ciudad que habla del secreto del pájaro, el que vuela ante las piedras del sol. Me basta mirar cómo se despierta y me besa en el primer salmo de luz.
Nada hay tan conmovedor como esa entrega humana a una determinada labor, marcada por la atención y el silencio. Es lo que ocurre aquí. Estas Penélopes serranas tejen un tiempo que parece ensoñado. Se realizan en
Son las señales de los hombres que tienen memoria en un tiempo y lugar, los que recibieron la esencia de su origen, aquellos que creen en sus raíces. La evocación de un pueblo que quiere tocar el alto cielo con el árbol,
Es la desnudez de la piedra la que atrae la luz con la ternura del amanecer. Vestida con las primeras espigas de verano, cada mañana, Dios suena dentro de ti como el rumor de los vencejos cuando hacen en el cielo círculos de amor.
Antes de quebrarse la luz en la Sierra al caer la tarde, el misterio deja su huella en el agua. Entonces abrazo el silencio y me doy por vencido ante tanta belleza. Bastan estos cielos para entender la vida. (Jclp)
¿Quién ata a tu espalda la paciencia del mundo? Es la piedra que absorbe el dolor para que pese poco y se evapore. Qué fácil es saberte viva en mis ojos y volver a sentir cada día el eco de tu tiempo, de tus
Con música y luz de aristas en danza, temblorosas, para recibir el verano en la ciudad de la piedra y el color, estos días tan viva como la fuerza de la noche. (Jclp)
Lo que hizo el hombre con sus manos y elocuencia. Lo que pertenece al cielo, al que creó el tiempo, la belleza de una rosa o el canto de un mirlo. Cualquier palabra queda muda. Sólo la mirada. Sólo el silencio. (Jclp)
El riego de los sembrados es un arte antiguo. Los árabes nos trajeron algunos de sus secretos. Es el arte de la conducción de las aguas, hasta dejarlas en el surco, para favorecer la germinación de las semillas enterradas en la
Me preguntas de qué sirve cada día alzar esperanzada la mirada al alba, juntar las estrellas en unos versos, si luego tantos corazones llevan en su equipaje el silencio de la amargura. Al menos para llenar mi pecho de la gozosa
Desde la montaña se ve la luz que crea el mundo, la que desvela las cosas hasta encontrar lo que importa, el rumor de la vida, el asombro de estar en comunión con lo creado. Lo que tiene emoción. La palabra clara. El silencio.
Con el viento en contra, cómo no agotarse entre tantos bandos, con la sangre que se va de la herida. ¿Crees que sirvió de algo tu Palabra? Con las vueltas que da la vida, al menos tu camino. (Jclp)
Desde niño, las cerezas me han parecido tesoros. Igual que perlas rojas. O pendientes, que nos poníamos en las orejas cuando cogíamos varias de ellas enlazadas. Es una fruta de la memoria. Con ellas viene siempre el tiempo de
Basta para entender la lucidez del agua, su constancia, el tiempo de la roca que la contiene, lo que da al hombre y lleva dentro. El Duero. Su paraíso. (Jclp)
Deja que pose mis ojos en tu piedra, de la que brota la luz, esa luz que ya es todas las luces y que da sentido al tiempo eterno de tu belleza. (Jclp)
El río del tiempo transcurre siempre de un modo demorado. Sabe de su final: el mar comunitario, el destino de todos. Jorge Manrique lo expresó con una belleza perdurable. José Luis Sampedro hablaba del río que nos lleva.
De siempre, mirarla ha sido privilegio de los que buscan la belleza y se asombran viendo cómo, al atardecer, se inclinan hasta los pájaros. (Jclp)
Y al séptimo día extendió una música sobre todas las cosas. Fue durante la primera luz y en tu piedra iluminada. Y desde entonces, te arropan desde el cielo las alas de un ángel, que de tu belleza nos habla.
Es ancho tu tiempo. Como el agua que pasa o las piedras que sueñan existir y se alzan en catedral hacia el cielo. Y abrirás las puertas y entraremos en tu casa llena de luz con los pájaros del alba. Y una vez dentro de tu
Como pronunciar camino, pastos, árbol, sol, amanecer, atardecida, primavera. Este es su paisaje y tiempo. Las señales que dan sentido a su vida. La bóveda más sagrada en el cielo de los días. Las palabras limpias,