La emoción de la tierra
Como trocitos de sol de verano, pinceladas de amarillo puro, las sonrisas de la luz, la emoción que nace de la tierra. (Jclp)
Como trocitos de sol de verano, pinceladas de amarillo puro, las sonrisas de la luz, la emoción que nace de la tierra. (Jclp)
Como un rayo de piedra que alumbra el bosque de palabras seculares. Así habitó la belleza y se posó en tu alma. Como una paloma en mi mano. (Jclp)
¿De qué artista contemporáneo podría ser esta composición de las aguas viscosas de nuestro Zurguén? ¿Qué abstracciones contienen esas islas a la deriva de materia vegetal flotante, que
Hoy es el día en el que el río escribe su mirada y expresa su firmeza, como el cielo de verano. Hoy es el día en el que los que saben mirar el agua, y el tiempo que va con ella, sienten que todavía están por
Nos hablan las piedras, el agua y la luz. Alta es aquí la certeza de las señales que dan sentido a lo creado en su camino a la montaña. Alta la serenidad. Alta la pureza. Alto el corazón al sentir el aire limpio. (Jclp)
Sobre el espejo del agua se deslizan los árboles, el brillo tenue de las últimas horas. Avanza en este río de almíbar la apacibilidad de la luz que precede a la noche, la barca del tiempo. En las orillas, la ciudad que
Y es largo el Camino. Y la luz se derrama en los ojos, como el aire, como el alma al dirigir tus pasos como ofrenda de los sueños. (Jclp)
Mira, escucha, ofrece todo lo que tienes, busca cada día la belleza, mantén lo que te cuida, camina tras lo auténtico, siente la vida. No te desentiendas de nada, porque todo está en su lugar. (Jclp)
Esperan a que llegue el tiempo que ya pasó. Después de todo, ¿dónde su recuerdo? ¿Quién custodia su memoria? ¿Y sus sueños? Más allá de los días deshechos? (Jclp)
Villa fortificada en medio de un espacio al que domina, con la atalaya de la torre, como gallo vigía, como signo elevado de un poder señorial que, gracias al avance de la historia, ya ha sido superado. Pero la imagen muestra sobre
¿De dónde procede ese dorado, esa luz tan cálida que envuelve estas nubes? Es como si se nos quisiera revelar algo que no entendemos. De niños, en las enciclopedias escolares, se nos mostraban entre nubes tablas de la
La farola, la iglesia, el crucero, el viejo carro tras el muro, los extensos barracos de granito, el bosque de encina, con la sierra de fondo? son signos que proclaman en silencio esa cartografía del existir en la que ha transcurrido la
Antes de quebrarse la luz en la Sierra al caer la tarde, el misterio deja su huella en el agua. Entonces abrazo el silencio y me doy por vencido ante tanta belleza. Bastan estos cielos para entender la vida. (Jclp)
¿Qué no se llevará hoy la luz? La alegre serenidad de tus ojos, nada de lo que fuimos, el recuerdo de tu piel, el regalo de tus palabras, lo que merece la pena, la celebración contigo de la vida, saborear la claridad del
El verano es la estación de las promesas. Todo parece poder cumplirse. Y una suerte de sensación de eternidad se apodera de nosotros, ilusos. Pero la mujer que se dirige a casa, en este crepúsculo de la imagen, realiza su
Soy lo que amo y me asombra este mar de espigas cuajado de armonía. Absorto de caminos y sembrados de infancia, me dejo llevar por el aroma de las palabras: Cosecha, centeno, cebada, patata, y trigo; huerto, pozo, agua y lluvia; forraje,
Los planos esenciales de este espacio reiteran lo solar. Discos de girasoles "van-goghsianos" que se reiteran, albergando en sus círculos esas nuevas semillas de la vida. Pero detrás el árbol, como isla vigilante de este
La luna duerme en mi cama, la piedra sueña en la rana. (Jclp)
Como una misteriosa senda llena de dones que purifican los ojos en forma de helechos, majuelos, retama, brezo y musgo. Tanta armonía en este ancho jardín de luz sólo puede ser fruto del cielo. (Jclp)
Todo es camino y cuanto lo llena. Lo que ha de venir nada es en vano. Peregrinar es dejar atrás el olvido y acampar en la música del viento. Ya sé que cada mañana tiene su horizonte de silencio y aire errante. Pero te
Todo se celebra. El aire caliente y la luz. Las risas. La piel. Las piedras están despiertas. Al anochecer la vida no para en sus calles. De repente, te acercas y me dices: Si pudiesen detenerse las miradas para que no tuviesen
Allí, donde el agua habita el olvido de todas las cosas. Allí, donde la paz se hace del silencio en ese río de chopos que tanto callan con las hojas perdidas ya en la serena corriente del tiempo. Todo fluye al lugar verdadero,
Vigilancia callada del mastín. También las criaturas persiguen siempre un orden. Las ovejas, recién esquiladas, viven gregariamente y buscan en las aguas y en la tierra un sustento de vida. Protección sosegada del
Tierra y cielo. Oro y azul. Mieses segadas y aire. Entre estos dualismos existimos, está nuestro latir. Vida de lo esencial. Porque es en ese vértigo, tan hermoso y absoluto, en el que transcurre nuestra vida. Y nada más es
Todo nos conduce a esta tierra, el horizonte del cielo, la fragancia del espliego y las espigas, los campos que la rodean siempre infinitos. Todo se yergue ante nosotros. Sus torres, los silos que la coronan, la claridad de la meseta. Es verdad
Las espigas de trigo acarician suavemente la mano produciendo un leve cosquilleo. Un pequeño pájaro alza el vuelo y se pierde en el horizonte. Escenas de película vienen a la cabeza al abandonarse por Riolobos. Pero ninguna
El perfil inconfundible de la ciudad de Salamanca se recorta, como la línea del horizonte, bajo distintos cielos. Una imponente lira áurea refulge con la luz del sol. La Catedral y sus torres sagradas se alzan en el cielo y flotan
José Amador MartínLo que hace latir a la tierra, lo que da vida, lo que da fruto con la luz y el aire, lo que nutre a tu piel. Lo que sustenta al mundo. Tan pura como la mirada. La melodía transparente. Como el vidrio de tus ojos. La fuente del
La simbólica encina, maternal y perenne, acogedora y en silencio, crea un amplísimo espacio bajo su copa, en el que todos quepamos. Nunca a nadie excluirá, como nunca las madres dejan fuera a ninguno de sus hijos. Árbol
En tu mirada resbala la ternura de un cercano sol de verano. La piedra abre la luz. Todo se llena de aire rojizo hasta sentir una especie de orfandad, esa nostalgia que sostiene en sus alas los recuerdos. (Jclp)
Estos cielos dorados de crepúsculo sostienen en sus lienzos las caligrafías, tan esenciales como bien trazadas, de los postes eléctricos, en los que reina la cigüeña. Todo tan bien escrito, o tan bien dibujado, que