Donde nace el pan
El pan nace bajo la tierna humildad del cielo azul, entre la sobriedad de las encinas, en el susurro del aire que mece las espigas, con la luz viva del sol, en el silencio de los días. (Jclp)
El pan nace bajo la tierna humildad del cielo azul, entre la sobriedad de las encinas, en el susurro del aire que mece las espigas, con la luz viva del sol, en el silencio de los días. (Jclp)
Imagino el Paraíso eternamente azul al ver este mar de sierras. Como si el cielo hubiera nacido aquí, donde se propaga cada día el milagro de la belleza. Allá, diviso los mástiles de un barco que trae los sagrados
Estabas solo. Una flecha de pájaros atravesaba la ciudad. Preguntaste a la vida dónde está la belleza y te regaló un atardecer. (Jclp)
Es la desnudez de la piedra la que atrae la luz con la ternura del lento anochecer del día. Vestida con las primeras espigas de verano, cada tarde, Dios suena dentro de ti como el rumor de los vencejos cuando hacen en el cielo
Hay una luz aquí que es silencio y belleza. Una luz interior que se hace música y que inviste de gracia el edificio y las hermanas que lo circunvalan. Es una luz que viene de muy lejos, que es oración y es cántico, que
¿Dónde mira la anciana, de rostro tan decidido y sereno? Los valles de su piel son los valles del tiempo, esas hendiduras del existir que ara nuestras vidas con arado invisible. Mas la firmeza de sus ojos, su mirada serena transmiten
Ante el fuego te despojas de lo que agrieta el alma para dejar lugar a esa melancolía lejana que se diluye en los ángulos de la eternidad. Cruje la llama en tu interior al ver pasar el tiempo. Una honda claridad te impregna y sientes
Como la tristeza, el olvido, cuando nace del paso del tiempo. Como el silencio impuesto por las horas. Como las ruinas de la derrota y el abandono. (Jclp)
El secreto se desvela: El cielo limpio. El silencio de la tierra. La paz en el corazón. La paz en los campos. El vuelo de los pájaros. El sonido de las campanas. Las espigas en tus ojos. Escribo sol, aire y trigo, estancia
Pasa el tiempo, más no necesitas saber que todo deja, cada día, en tus ojos. Así, el río de la vida. Como los que caminan por tus calles, cuyas piedras siempre recuerdan cómo son los que van contando tus estrellas
Deja que se consuman en el silencio los últimos instantes de este día. Los minutos que preceden al sueño son de gran quietud, de gran paz. Entrar en el silencio es entrar en una gran posada. Es también entrar en una gran
Pasan desapercibidos, como seres anónimos, con los ojos del color del cielo y las encinas. Son los peregrinos que cruzan la primavera y se detienen en una ciudad como Salamanca, donde la cultura jacobea está escrita incluso en la
Hay una geometría del mundo que siempre espera nuestra contemplación. Así, en este caso. El espacio se ordena en sucesión de líneas: la tierra, el horizonte y los cielos en fuga. Dos testigos tiene aquí
Frente a tantas inquietudes y desasosiegos como vivimos y soportamos en nuestra contemporaneidad, el carro parece hablarnos, en su silencio, desde otra dirección. Desde la lentitud, desde la vida antigua, desde una labor que, año a
Rumor de montes, castaños y oropéndolas. Una emoción de montañas y repechos, valles y senderos. Plenitud y silencios que se erigen como monumento megalítico desde esta peña donde siento el corazón y
Dime con qué rima el viento o la desnudez del hombre y si después de escribir desaparecerá el amor que nos hizo o el olvido. Del mismo modo que de las palabras emanan los astros o las olas del mar, también de las piedras
Tocó el alfarero el rincón más bonito con el agua del Edén, allí donde converge la vida y la plenitud del aire. Se entrega esta tierra a lo más puro, lo mejor de la vida: la belleza. Es el modo de sentir lo
Ahora he de callar y escuchar el agua. Porque lleva en su entraña lo que está sujeto al tiempo para purificar las cosas de quien las contempla con nueva y limpia mirada. (Jclp)
¿Un sauce lloroso?, ¿Ramas de palmera derramadas? ¿Confeti de relámpagos fosforescentes? ¿Los pompones de una bailarina? ¿Los gritos efímeros de los dioses?¿Los mechones rizados de una bruja?
Amarillo y azul. Son los trazos tan plenos y logrados de la tierra y del cielo?
Dios está azul. El mundo está azul. La rítmica disposición de los arados nos habla de un orden marcado por la sucesión estacional de la naturaleza, a la que se acomoda la labor del hombre: siembra,
Como espejo que acoge tu historia a las puertas de la verdad, ves pasar la vida, dices, y quieres este espacio, donde estás y es tuyo el tiempo por venir y la palabra anidada en el tintero. Lees en el aire. (Jclp)
Sé que al fin la vida se abre cada día y que en sus pliegues se desvela la luz que da forma a las cosas. Lo verás con tus ojos, en los que el paso de las horas fecunda la semilla del cambio. (Jclp)
Los hay que bucean en busca del arca sagrada, de tesoros para encontrar el sentido de la vida; los que quieren escalar la más alta montaña para otear el mundo, los que viajan a los lugares más paradisiacos en lejanos
Habitas las palabras / como bosques de ensueño o de locura, / donde pacen los ciervos / que te están esperando en la otra orilla.
Y los dioses dejaron atrás las ruinas para sostener, desde los templos de nubes, otro espacio, otro tiempo, las huellas de piedra, el universo del silencio, un instante de luz lleno de los signos y de las palabras que dan sentido a la
Es la expresión más hermosa de nuestro idioma, de todos los idiomas. "Te quiero ". La presencia del tú nos dignifica. Y, en ese "te quiero", se disuelven las guerras, las violencias, los terrorismos, las disensiones, los
En tus piedras está la luz, la señal de los hombres y mujeres que hallaron el origen de las palabras y de lo sagrado, la fuerza andariega, el silencio tras las rejas, el buen barro de los caminos, la estirpe de los sabios, el eco de
Todo nos conduce a esta tierra, el horizonte del cielo y los campos siempre infinitos, la fragancia del espliego y las espigas, la fragilidad de la amapola en soledad. Todo se yergue ante nosotros. Es verdad que hay otros cielos y otras tierras y