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Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital
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Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital

Actualizado 10/11/2021
Miguel Corral

Hasta 65 recursos entre bodegas, restaurantes y alojamientos rurales en el espacio natural más grande e impresionante de Castilla y León formado por las provincias de Salamanca y Zamora

A pesar de su corta andadura y haber atravesado en este tiempo las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia, la Ruta del Vino Arribes camina con paso firme para situarse como una de las herramientas principales de promoción de este vasto territorio llamado Arribes, región que se reparte en la zona fronteriza de las provincias de Zamora y Salamanca, y que debe su nombre al Parque Natural Arribes del Duero, en la actualidad también Reserva de la Biosfera 'Meseta Ibérica' junto con el Parque do Douro Internacional al otro lado del gran río. Precisamente, este es el espacio natural más extenso de Castilla y León, con 106.000 hectáreas de superficie, y en él se enmarca la DO Arribes, vinos cuyos orígenes se remontan varios siglos atrás dando lugar a toda una cultura del vino.

Testigos mudos de ese glorioso pasado son las bodegas excavadas en piedra y en las que se maduraba el fruto de estos viñedos cultivados en bancales (terrazas) que sujetan la tierra de las empinadas laderas que acarician al padre Duero, construcciones que pueden observarse en los municipios de Villarino (Salamanca) y Fermoselle (Zamora), pueblos unidos por el río Tormes antes de entregar sus aguas al Duero en Ambasaguas, sin duda uno de los lugares mágicos que ofrece la Ruta del Vino Arribes.

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 1Además de esas reminiscencias del pasado y que son el origen de toda una cultura dedicada al vino, las bodegas tradicionales han ido adaptándose a los nuevos tiempos para dar vida a una nueva generación de vinos, conservando las singularidades de un territorio donde reinan la Bruñal y la Juan García, varietales autóctonas de la DO Arribes. Muestra de estos vinos singulares puede apreciarse en las ocho bodegas integradas en la Ruta del Vino Arribes y que merecen una parada, desde la Bodega Viña Romana en Villarino, a la de Quinta Las Velas en Ahigal de los Aceiteros, además de Ribera de Pelazas en Pereña o Arribes del Duero en Aldeadávila, en la parte salmantina; aunque si nos encontramos en la parte zamorana es visita obligada El Hato y el Garabato, en Formariz; o Pastrana, Hacienda Zorita, Frontio y Romanorum, en Fermoselle.

Junto a sus vinos y bodegas, la Ruta del Vino Arribes suma un extraordinario paisaje marcado por el gran tajo horadado por las aguas del Duero sobre la roca y que se conoce como arribes, accidente geográfico que ya dejara cautivado al mismísimo Miguel de Unamuno en su primera visita por estas tierras a finales del siglo XIX, y que de forma sublime describe de la siguiente manera:

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 2"Baja el Duero por tierra de Zamora tendido en la planicie y espaciándose por ella, mas al ir a entrar en la provincia de Salamanca, hacia donde le rinde el Tormes sus aguas, entre Fermoselle y Villarino, empieza la meseta castellana a quebrarse para dejarle paso a las campiñas portuguesas. Resquebrájase la tal meseta en hondos desgarrones, mostrando al descubierto sus peñascosas entrañas, pétreos cimientos de la austera llanura castellana. El agua tenaz, que talla las rocas gota a gota con secular trabajo, ha ido carcomiendo su lecho berroqueño y buscando salida entre revueltas y esguinces. A distancia nadie adivina el profundo tajo por donde el Duero corre; la ondulante llanada castellana parece ir a perderse suavemente, y sin solución alguna de continuidad, en las estribaciones de la sierra de la Estrella que cierran, hacia la parte de Portugal el horizonte. En uno de los repliegues del terreno se ocultan los profundos tajos, las abruptas gargantinas, los imponentes cuchillos, los terribles esfayaderos, bajo los cuales, allá en lo hondo, vive el Duero, ya espumarajeando las rocas que aún no han cedido a su labor terca, ya precipitándose en desniveles, ya deteniéndose un momento a descansar en angostos remansos, ya, por fin, zumbando bajo las rocas, en las espundias. A trechos las paredes y escotaduras del tajo se dulcifican y se tienden las pendientes para recibir, sobre revestimiento de tierra, vegetación bravía y cuidados de cultivo. A estos declives que bajan al rio se les llama arribes en toda la Ribera, en toda la región salmantina que borda el Duero y afronta a Portugal. Arribes forman también los afluentes al Duero, que entre escotaduras y barrancas análogas alas de éste corren a él."

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 3Y junto a su paisaje abrupto y casi salvaje, observable desde más de cuarenta miradores situados estratégicamente en cada uno de los municipios socios de la Ruta del Vino Arribes, se encuentra una singular avifauna que tiene como especies más representativas el águila real y el águila perdicera, el alimoche, buitre leonado o la cigüeña negra. Sin duda, la Ruta del Vino Arribes colmará las inquietudes de los aficionados a la ornitología, por lo que una buena decisión es contar con los servicios de Carol, de PetiRed Natura, recuerda Liliana Fernández, gerente de la Ruta. Esta guía de naturaleza ofrece recorridos, a precios muy económicos, para el avistamiento de aves e interpretación del campo y de la etnografía que presentan los pueblos de Arribes.

Pero además del paisaje, los municipios de Arribes ofrecen alternativas de ocio durante casi todos los meses del año, desde el senderismo libre a rutas organizadas por los propios ayuntamientos en distintas épocas del año, aunque una de las actividades más destacadas sean los paseos en barco por el Duero que se ofrecen en Vilvestre, Aldeadávila y La Fregeneda en la parte salmantina, y en Miranda do Douro (Portugal) con acceso desde la provincia de Zamora. Una buena opción es elegir alguno de los paquetes que ofrece la Ruta del Vino Arribes en su web, 'Experiencias' de uno, dos o tres días de duración, adaptadas a las necesidades de los enoturistas, y que ofrecen distintas actividades, aunque como recuerda el presidente e impulsor de la Ruta, Julián Martín, para conocer Arribes "es necesario dedicarle más de un fin de semana, tres días es muy poco tiempo si se quiere descubrir todo lo interesante que tenemos".

Las arribes salmantinas

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 4Primavera y otoño son las épocas más idóneas para visitar Arribes debido a la suavidad que adquieren las temperaturas en este territorio, varios grados por encima de las que marcan los termómetros en los municipios de la meseta situados a escasos kilómetros del cañón del Duero o los fiordos salmantinos, como algunos conocen a sus enormes fayones, auténticas paredes verticales de granito que llegan en algunos casos a superar los 200 metros de altura y que nacen en lo más profundo del cauce del río.

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 5Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 6Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 7Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 8Si comenzamos en la parte salmantina, no estaría mal iniciar el recorrido en Villarino de los Aires, puerta natural de las Arribes y que en estos días de 'veroño' aún pueden observarse infinidad de ocres en sus viñedos. Pero sin duda es visita obligada el Teso de San Cristóbal y su piedra mágica de más de 50 toneladas de peso y que puede mover una sola persona, además de observar los restos de pueblos anteriores en el que se considera fue un lugar sagrado. Como tampoco puede faltar la visita a la Bodega Viña Romana, instalaciones de las que salen vinos hacia los Estados Unidos, China y varios países europeos. Desde Villarino el siguiente punto se situaría en Aldeadávila de la Ribera y su presa, escenario de varias películas como El Doctor Zhivago, La Cabina o la última entrega de Terminator; y si llegamos a Vilvestre antes del mediodía la opción más sugerente es un paseo en barco por el Duero, para comer al regreso en El Rollo con Mamen y Javi, toda una experiencia. La tarde queda abierta para los miradores de Saucelle, el de Las Janas sobre el Huebra y el Picón del Moro sobre el Duero, además de conocer la magia de Aldeaduero, lugar en el que podremos pernoctar. Al día siguiente es obligatoria la visita a Hinojosa de Duero para adquirir algunos de sus quesos y proseguir dirección hacia La Fregeneda para conocer su Camino de Hierro, vía ferroviaria declarada Bien de Interés Cultural con categoría de monumento y hoy abierta al senderismo. La última parada antes del almuerzo sería en la bodega Quinta las Velas, en Ahigal de los Aceiteros, para probar sus vinos de Bruñal. Como broche a esta última jornada, bien merece una visita la villa medieval de San Felices de los Gallegos, declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1965. Recorrer sus calles empedradas, arcos y adentrarnos en su castillo del siglo XIV es un auténtico viaje en el tiempo, aunque antes será necesario reponer fuerzas con los quesos de oveja de Arribes y el rabo de toro en el comedor de La Mesa del Conde, todo un lujo al paladar. Pero si preferimos la primavera para esta primera visita, es ineludible nuestro paso por Pereña de la Ribera o Masueco para presenciar el Pozo de los Humos, la joya del Parque Natural Arribes con su cascada de más de 60 metros de altura.

Los arribes zamoranos

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 9Sin lugar a ningún género de dudas el municipio de Fermoselle marca el recorrido por los arribes zamoranos, tierras de Sayago, y donde Arribes adquiere el género masculino a diferencia de en la parte salmantina, donde también por costumbre lo hace, en este caso, en género femenino y cuya opción se correspondería más con los orígenes de la palabra arribes (ribera), según varios estudios etimológicos. En cualquiera de los casos estamos en territorio Arribes, en neutro, tierras en las que el Duero ha esculpido su camino sobre la roca en busca del Atlántico haciendo de frontera natural con Portugal y hoy, más que nunca, puente universal entre los territorios del Parque Natural Arribes del Duero y el Parque do Douro Internacional, en la actualidad todo él Reserva de la Biosfera 'Meseta Ibérica'.

Caminar por la zona antigua de Fermoselle es retrotraernos en el tiempo varios siglos atrás. En sus calles se respira el aroma de la uva recién estrujada y que emana de sus piedras, es una mirada al arribe del Tormes y del Duero, un suspiro por su pasado glorioso que surge en cada rincón de sus empedradas calles, bajo los arcos que dieron acceso a la antigua fortaleza y en su plaza centenaria. No en vano, Fermoselle fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1974.

Y en medio de su historia y su interesante patrimonio arquitectónico se encuentran sus bodegas, toda una cultura del vino escondida en el subsuelo y que en la actualidad aflora con modernas instalaciones en manos de apasionados del vino que trabajan desde los viñedos para obtener un producto genuino a la vez que extraordinario y singular.

Un ejemplo de esa pasión por el vino se aprecia en El Hato y El Garabato, bodega situada en la localidad vecina de Formariz, unos kilómetros antes de llegar a Hacienda Zorita de camino a Fermoselle desde Bermillo de Sayago. Además de estas, ya en la capital de Los Arribes zamoranos, merecen detenimiento las bodegas Pastrana, Romanorum y Frontío, todas ellas en pleno casco urbano fermosellano. Y tras un recorrido de lo más enológico, una de las opciones más acertada para comer es el restaurante Doña Urraca, donde la atención al cliente solo es superada por la materia prima utilizada en sus fogones, combinando la cocina tradicional con toques vanguardistas.

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 10Tras la visita a Fermoselle, merecen especial atención las vistas que ofrecen miradores y asomaderos sobre el Duero aguas arriba de la presa de Bemposta, lugar también de paso al país vecino habilitado para turismos. Y en Villar del Buey, con Cibanal, no se puede obviar el paisaje azul del agua embalsada del Tormes por la presa de Almendra, y que alimenta la central hidroeléctrica de Villarino a través de un túnel de 14 kilómetros de longitud. No en vano es el tercer embalse más grande de España con una capacidad de 2.648 hectómetros cúbicos. Y continuando con la senda escrita por el Duero, llegamos a Miranda do Douro y su Estación Biológica Internacional, donde podremos recorrer su cauce en un crucero ambiental que nos sorprenderá.

Trabajo promocional de la Ruta del Vino Arribes

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 11Como recuerdan Liliana Fernández y el presidente de la Ruta, Julián Martín, Arribes es mucho más que lo expuesto en cinco minutos de lectura, "Arribes es un territorio conjunto, con muchas similitudes y por eso se entiende mejor visitando las dos zonas", señala la gerente de la Ruta. Conocer este territorio requiere de un periodo mayor que un fin de semana e incluso uno de los puentes festivos del calendario. Cada municipio integrado en la Ruta merece una parada para conocer su gastronomía, sus quesos elaborados con leche cruda de oveja, vinos de lo más singulares, mermeladas, mieles y aceites de oliva, productos naturales muchos de ellos bajo el marchamo de ecológicos, sus paisajes, avifauna, patrimonio arquitectónico y cultural, y, sobre todo, la calidez y acogida de sus gentes.

En la actualidad, la Ruta del Vino Arribes tiene asociados 65 recursos entre restaurantes, bodegas, alojamientos rurales, ayuntamientos, etc. A nivel interno el trabajo de la Ruta se ha centrado en la formación de sus asociados "en todo aquello que consideran necesario", recuerda Liliana Fernández. "El año pasado nos centramos en el turismo familiar, el turismo ecológico y un programa de diseño web".

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 12En el apartado promocional, la Ruta del Vino Arribes ha participado en ferias de alcance nacional e internacional tales como Intur, Fitur, Gastronoma o la Feria de Enoturismo de Valladolid (FINE), además de otras acciones de promoción nacional. Sobre la calidad de los recursos que ofrece, la gerente recuerda que "cada dos años se realiza una auditoria externa para evaluar que los establecimientos cumplen con el manual de producto a nivel nacional fijado por Acevin, y que es el mismo para todas las rutas certificadas de España".

Entre las exigencias para permanecer en la Ruta, Liliana Fernández destaca que "todas las cartas de los restaurantes asociados ofrecen vinos de la DO Arribes", y todos los establecimientos cuentan con placas de señalización. Precisamente, "en breve se instalará señalética en Villarino y Aldeadávila, y la próxima semana indicadores de las bodegas". Otra de las acciones para facilitar el acceso a sus recursos es el programa de señalización digital promovido a través de la Diputación de Salamanca.

"La gente está buscando entornos como el nuestro, lugares con poca saturación turística y una excelente oferta en actividades y cosas para ver, el público está volcado en estos momentos con la naturaleza. Esta primavera hemos visto que las restricciones no han sido impedimento para tener todas nuestras cascadas a tope de gente, y con los bares cerrados".

Como asegura Julián Martín, "últimamente ha aumentado el turismo muy considerablemente en la zona y parte de ello se debe a la Ruta del Vino Arribes, con una promoción a nivel nacional e internacional. Como impulsor de la Ruta del Vino Arribes, tengo que decir que el objetivo siempre fue potenciar el turismo en la zona de Arribes, y me siento muy orgulloso porque he visto que está funcionando en todo el territorio".

Satisfacción entre los enoturistas de la Ruta del Vino Arribes

Ruta del Vino Arribes, una experiencia vital | Imagen 13La Ruta del Vino Arribes es, solo por debajo de la Ruta del Penedés, la que mayor número de respuestas ha obtenido en la encuesta realizada por Acevin, Asociación certificadora de Rutas del Vino de España, sobre la satisfacción de los enoturistas que realizaron las distintas rutas del vino españolas durante el segundo semestre de 2020 y primer semestre de 2021. El 12,81 % de los encuestados en toda España visitaron la Ruta del Vino Arribes.

En esta misma encuesta se refleja que más del 60% de los visitantes eran personas de entre 36 y 55 años, y de entre ellas el 57,71 % eran mujeres. Casi el 50% de los enoturistas eran parejas, seguidas con un 28% de grupos de amigos, y un 12% de familias con hijos. El 66% de los visitantes pernoctó en el lugar de destino, en su mayoría en alojamientos rurales y con una estancia media de 2,45 días. La visita a las bodegas fue una de las actividades preferidas, seguida de un recorrido por los pueblos y actividades ligadas a la naturaleza. El gasto medio por turista al día fue de 173 euros, empleados en su mayoría en restaurantes, alojamiento y compra de vino. De este dato se deduce, atendiendo a la estancia de 2,5 días por persona, que el gasto medio por enoturista en la Ruta fue de 424 euros. Por último, el nivel de satisfacción alcanzó un notable alto, de ahí que el 99,5 % de los encuestados hayan asegurado que recomendarán la visita.