El cambio de mentalidad del comerciante hacia el turismo, un paso para salir adelante

El segundo día de conferencias y debates de las Jornadas de Revitalización del Espacio Rayano Fortificado celebradas en el Parador de Ciudad Rodrigo, reunió a un nutrido grupo de comerciantes interesados en el porvenir del comercio mirobrigense.

Si en la primera sesión afloraron propuestas como la creación de una marca única que distinguiera los productos y servicios de la zona de "La Raya", o la puesta en marcha de un museo de artesanía, el último encuentro volvió a situar sobre la mesa un viejo debate: la convivencia entre la peatonalización del centro, la restricción —total o parcial— del tráfico y la disponibilidad de aparcamiento en la Plaza Mayor.

La mesa de diálogo, integrada por representantes del ámbito público y privado, derivó sin embargo hacia asuntos de mayor calado. Entre ellos, la rehabilitación de los cuerpos de guardia y su reutilización, siguiendo el ejemplo de la Puerta del Conde o, próximamente, del cuerpo de San Pelayo, donde en su día se instaló una sala audivisual que acabó cayendo en desuso, tal como recordó Víctor Esteban, técnico del Ayuntamiento mirobrigense.

Desde el lado portugués, Miguel Pinto, técnico de Turismo de la Cámara Municipal de Almeida, expuso que el objetivo es convertir la localidad en un lugar idóneo para vivir, invertir y visitar. Una meta que, subrayó, solo es posible mediante la colaboración público-privada: inversión pública para rehabilitar, inversión privada para dinamizar.

Ese esfuerzo se concreta en importantes planes de desarrollo urbano en Almeida y Vilar Formoso, actuaciones que, unidas a la inversión procedente del Gobierno español en Fuentes de Oñoro, aspiran a configurar en poco tiempo un espacio propicio para la llegada de capital privado. Portugal, además, ha sabido aprovechar su patrimonio natural potenciando el senderismo, los paseos ecuestres y ciclistas, lo que ofrece un aliciente añadido para que el visitante prolongue su estancia en hoteles y alojamientos rurales, incentivando así la hostelería y las empresas de abastecimiento a la zona rayana.

La presencia en ferias nacionales e internacionales de relevancia y la creación de espacios coworking —auténticos viveros de empresas— son estrategias que ya empiezan a dar resultados. Paralelamente, se está impulsando un proyecto de Market Place o “barrios digitales” destinado a dotar de visibilidad en internet a los más de 130 comercios de la zona fronteriza.

En el turno de intervención de Ana Castaño, concejal de Ferias Culturales y Artesanales, defendió la continuidad de este tipo de eventos, que no solo evocan tiempos pasados y preservan la tradición local, sino que actúan como motor económico para el comercio estable de Ciudad Rodrigo y, como oportunidad para el artesano comarcal, facilitando que pueda seguir trabajando en su tierra. Aprovechó también para apelar a la implicación de comerciantes y hosteleros en los horarios de apertura, especialmente en el centro histórico, sugiriendo al menos un consenso para evitar la imagen de gran parte de los establecimientos cerrados en determinadas franjas.

Por parte del sector privado, David Bernal, presidente de Afecir, subrayó que existe colaboración con el Ayuntamiento. “Cuando la entidad pública invierte, es el turno de la privada para emprender, siempre que detecte una oportunidad de negocio. Y la entidad pública debe, a su vez, apoyar la iniciativa o, al menos, no añadir trabas burocráticas que muchas veces solo dependen de una interpretación de la ley”, puntualizó.

Bernal incidió además en el profundo cambio que atraviesa la ciudad: de ser cabeza tractora de la comarca está evolucionando hacia una ciudad orientada al turismo. “Es un giro de mentalidad empresarial al que debemos adaptarnos”, señaló.

El cierre de la jornada corrió a cargo de María y Joaquín, miembros de la agencia de marketing digital OMG GLOBAL, quienes ofrecieron una lección práctica sobre cómo trasladar el comercio tradicional al universo de las redes sociales. Recordaron que muchos de estos negocios poseen una historia, y que además están ubicados en un enclave con historia: dos ingredientes idóneos para generar emociones en un entorno digital dominado por la imagen y la narrativa breve. Recomendaron contar el origen, el lugar y el entorno como forma de conectar especialmente con las generaciones Z (nacidos1994-2010) y Alfa (a partir de 2011), sin olvidar las demás franjas de público, cada una vinculada a distintos canales y hábitos de consumo digital.