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Nace la Unidad de Cuidados en la Comunidad ‘Terras do Lince- Raia Quente’
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SALUD EN LA FRONTERA

Nace la Unidad de Cuidados en la Comunidad ‘Terras do Lince- Raia Quente’

Actualizado 04/03/2024 19:30
Raquel Martín-Garay

Ubicada en Penamacor (Portugal), prestará servicios de Enfermería Comunitaria y realizará acciones de sensibilización y formación ciudadana en salud

Una nueva Unidad de Cuidados en la Comunidad (UCC) ha comenzado a prestar servicios en el concejo fronterizo de Penamacor.

Dependiente de la Unidad Local de Salud (ULS) de Castelo Branco, va a suponer el acercamiento a las necesidades reales en salud de los habitantes, con unos cuidados prestados en el propio domicilio, mejorando también la calidad de vida a través de variados programas de formación y sensibilización.

La UCC Terras do Lince- Raia Quente cuenta con dos enfermeros a tiempo completo, un auxiliar de enfermería, además de una enfermera especialista en paliativos, otra en obstetricia y otra en salud mental, a tiempo parcial, según informa Francisco Sánchez, enfermero salmantino coordinador de la Unidad.

Este nuevo servicio sanitario, del que se beneficiará una población dispersa, de carácter rural y residente en el interior de Portugal fronterizo con España, se ha hecho realidad gracias al Programa de Recuperación y Resiliencia de Portugal.

La Unidad tiene su cuartel general en el Centro de Salud de la localidad de Penamacor, aunque, como se ha dicho, la mayor parte de los servicios se prestarán a domicilio.

Según Francisco Sánchez, salmantino que trabaja desde hace años en Penamacor, uno de los fines de la UCC Terras do Lince-Raia Quente es reducir las hospitalizaciones.

Realizar las curas y prestar los cuidados de un posoperatorio, estructurar un servicio de paliativos en el hogar, intervenir precozmente en la infancia, proteger la salud cardiovascular, fomentar la salud mental, prevenir las ideas suicidas, cuidar, apoyar y formar al cuidador informal o la prestación de servicios obstétricos y maternales forman parte del amplio abanico de prestaciones que asumirá esta unidad.

Unos servicios que se realizarán en el domicilio, en la escuela o en centros de día, siempre desde el punto de vista de la Enfermería Comunitaria, para prevenir, tratar y mejorar la calidad de vida de las personas del medio rural.

La formación es una pieza clave en la labor que van a desarrollar. Dentro de este ámbito, pretenden retomar las jornadas cardiovasculares escolares que se realizaban antes de la pandemia de Covid-19 con la participación de centros escolares de El Rebollar y Alto Águeda, comarcas fronterizas del sudoeste de Salamanca.

En colaboración con la Unidad del Dolor y Paliativos del Hospital de Castelo Branco abordarán la situación de pacientes con estas necesidades.

Además, la UCC está preparada para acoger alumnos en prácticas de Enfermería y otros estudios sanitarios. “De momento, contamos con dos plazas, para que alumnos de la Universidad de Salamanca y de la Universidad Pontificia vengan a realizar prácticas”. El Ayuntamiento de Penamacor y la Universidad de Salamanca (USAL) firmaron un protocolo por el que Penamacor es un campo de prácticas para estudiantes de grado, posgrado e investigación de diferentes disciplinas.

“Queremos articular una Unidad de Cuidados Comunitarios Integrados”, reconoce Francisco Sánchez, que aspira, junto con la ULS de Castelo Branco y la Escuela Superior de Salud del Politécnico de Castelo Branco, a incorporar con el tiempo un psicólogo, un nutricionista o un trabajador social a la plantilla.

Además de ser una población envejecida, como suele ocurrir en todo el interior peninsular, en Penamacor se da la circunstancia de que aproximadamente el 10% de población procede de otros países y, por tanto, de otra cultura. Han llegado durante los últimos años para vivir y trabajar en Penamacor, como nómadas digitales, en la agricultura o en la construcción.

Este hecho supone también un desafío, “tenemos que prestar enfermería comunitaria desde la interculturalidad”, asume Francisco, ya que en su mayoría son ciudadanos procedentes del Reino Unido y de países asiáticos anglófonos.

“Estamos aquí para aquellas personas que, por ejemplo, tras una estancia en el hospital por un proceso agudo o una intervención quirúrgica necesiten más cuidados durante más tiempo. Estamos para contribuir a reducir el número de hospitalizaciones y el tiempo de permanencia en el hospital”.

En su denominación, “Terras do Lince” hace referencia al nombre con que se conoce esta zona, donde históricamente el lince ibérico habitó, y donde actualmente se prepara su reintroducción. “Raia Quente” alude a los tiempos en que estas tierras transfronterizas estuvieron hermanadas por el contrabando. Popularmente, el pueblo de Aranhas (Penamacor) era considerado la capital de la Raia Quente y el pueblo de Robleda (Salamanca) era la capital de la Raia Fria.

El tránsito de personas y mercancías ya se practicaba entonces, de forma ilegal, eso sí, antes del reconocimiento de libre circulación, con el ingreso de España y Portugal en la entonces CEE en 1986.

En estas casi cuatro décadas las cosas han ido cambiando. “Soy un trabajador transfronterizo”, dice Francisco, “el Estatuto del Trabajador Transfronterizo vino para ayudar”, reconoce este salmantino, que ha formado una familia hispano-lusa que vive a caballo entre Penamacor y Robleda.

Con unos 5.000 habitantes, el concejo de Penamacor se divide en 12 parroquias, la mayor parte de ellas lindantes con España. Las situadas al noreste comparten el paisaje de la Sierra de Gata-Malcata.