Un estreno absoluto con los artículos de Manuel Vicent como eje encabeza la tarde-noche en sala
Factoría Teatro se subió a las tablas del Teatro Nuevo mientras que Higiénico Papel Teatro asumió el protagonismo en el Espacio Afecir
La franja de tarde del Jueves de Feria estuvo compuesta por un total de 8 funciones, entre ellas los dos últimos pases de Cervantes, encantado de Ruido interno (a cada uno de los 5 pases que han ofrecido han podido asistir 25 personas, debido a la necesidad de ponerse unas gafas de realidad virtual), y dos pases más de Los secretos de la piedra, de Alúa Teatro, de nuevo con lleno absoluto.
En lo que respecta a las otras 4 funciones, correspondieron a 4 obras diferentes, comenzando por el segundo pase del día (había habido otro en la franja de mañana) del único estreno absoluto de la jornada: Restos de un naufragio, de la compañía oscense Producciones Viridiana. Con un único actor en escena, Javier García, la obra tiene como eje artículos escritos por Manuel Vicent en la contraportada de los domingos del diario El País, con los cuales se va hablando de todo lo que sucede en el camino de la vida.
La cita de la tarde en el Teatro Nuevo corrió a cargo de Factoría Teatro, que presentó una obra inédita de Lope de Vega inspirada en hechos reales, El Marqués de las Navas, que esta compañía madrileña ha llevado a escena como encargo del Festival Iberoamericano del Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid – Clásicos en Alcalá. El Marqués de las Navas es una comedia de enredos, con amores cortesanos y despechos amorosos, salpicada de momentos cómicos entremezclados con duelos de espadas, muertos y espectros, todo ello con personajes históricos y episodios reales de la vida de la corte de Felipe II.
Tras la cita al aire libre de la tarde, con Rodeo de La Banda de Otro (que se puede encontrar en una información independiente), este bloque se cerró en el Espacio Afecir con el potente montaje Cuarteto, de Higiénico Papel Teatro, que plantea una revisión contemporánea del duelo dialéctico entre la Marquesa Merteuil y el Vizconde Valmont, siguiendo lo escrito por el dramaturgo alemán Heiner Müller a partir de Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos. La puesta en escena de Cuarteto contó con la música en directo de un piano y una viola, una bailarina, y como fondo, una proyección de lo que estaba sucediendo en el propio escenario.