Parte hacia la JMJ una expedición de 58 personas tras un acto de envío en plena madrugada

A las 4 de la madrugada del martes al miércoles puso rumbo hacia Lisboa desde Ciudad Rodrigo un grupo de 58 personas que va a tomar parte en la Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia Católica que va a acoger la capital portuguesa del 1 al 6 de agosto. De forma previa, participarán en los denominados Días en las Diócesis en la isla de Madeira (en la Diócesis de Funchal), a donde se desplazarán en un avión que partirá a las 10.00 horas de la mañana del miércoles desde Lisboa (a donde retornarán el domingo).

El grupo de 58 personas no está integrado solamente por fieles de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, sino que forman parte del mismo algo más de 35 jóvenes del Colegio Misioneras de la Providencia de Talavera de la Reina, que al igual que hicieron el año pasado para viajar a Santiago de Compostela (con motivo de la Peregrinación Europea de Jóvenes), se han unido al grupo Civitatense, en el que hay mayoría de jóvenes de Ciudad Rodrigo, pero también de Tamames o El Maíllo.

De forma previa a coger el bus a las 4 de la madrugada, el grupo al completo vivió una velada especial en Ciudad Rodrigo, que se abrió con la apertura a las 22.30 horas de la Iglesia de San Agustín para adorar al Santísimo Sacramento. El grupo principal de jóvenes hizo acto de presencia por el lugar pasados unos minutos de las 0.30 horas, momento en que comenzaron los cánticos, además de tener la oportunidad de confesarse individualmente con Anselmo Matilla.

Alrededor de una hora después, arrancó, con la reserva del Santísimo y el canto de una canción, el Acto de Envío que había preparado la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Ciudad Rodrigo que dirige José Manuel Gallego, que tuvo como principal peculiaridad el recorrido callejero que hicieron desde la Iglesia de San Agustín hasta la Catedral de Santa María, cuya iluminación artística estaba encendida a esas horas de forma excepcional (al igual que la de Cerralbo).

Ese trayecto, que discurrió por la Plaza Mayor, estuvo encabezado por sendas banderas de España y Portugal, tras las cuales iban portados por varios jóvenes la Cruz de los Jóvenes y el Icono de la Virgen, que habían estado situados en las escaleras del altar de San Agustín (en la Catedral se colocaron también en el altar). Parte del resto de jóvenes llevaron velas o antorchas en ese trayecto, en el cual se mantuvo el silencio, como invitación a reflexionar sobre lo que esperan de la Jornada Mundial de la Juventud.

El acto en la Catedral (cuyas puertas fueron abiertas por uno de los canónigos, Rafa Caño) fue presidido por el Vicario General de la Diócesis, José María Rodríguez-Veleiro, quién dirigió la oración inicial, tras la cual una de las jóvenes mirobrigenses participantes dio lectura al Evangelio. A continuación, hubo una breve homilía por parte del Vicario General, quién animó a los jóvenes a “salir”, a fomentar el compañerismo y no dejar a nadie atrás, y a vivir la fe “como jóvenes, con alegría, vitalidad y sencillez”.

Como gesto simbólico, cada joven se acercó a la Cruz de los Jóvenes o al Icono de la Virgen y puso sus manos en los mismos para “poner en manos del Señor lo que esperan para estos días”. Tras el rezo de la oración de la JMJ de este año (centrada en la Virgen), José María Rodríguez-Veleiro impartió la bendición final, animando a los jóvenes a “id y dejaos evangelizad”, recordando que si el año pasado cuando fueron a Santiago de Compostela unieron el Pórtico del Perdón de la Catedral mirobrigense con el Pórtico de la Gloria, ahora van de una Catedral dedicada a Santa María a una JMJ dedicada a la figura de la Virgen María.

En este sentido, hubo una canción final dedicada a la Virgen y una foto de familia en las escaleras del altar en la que se veía de fondo la imagen de la Virgen que hay en la Seo. El acto en el templo (al que siguieron unos cánticos espontáneos) concluyó sobre las 2.15 horas, teniendo ‘tiempo libre’ los jóvenes hasta subirse al bus a las 4 de la madrugada.