Romino se eterniza en su estancia en la calle

La larga secuencia de eventos de la jornada del Sábado de Carnaval se inició con el Toro del Antruejo promovido por la Asociación Cultural Carnavaldeltoro.es, que este año ha recuperado su formato original, limitando su salida a la calle a la zona de los Pinos, después de que en los últimos años el astado pudiera moverse con libertad hasta la Plaza Mayor (no dando el resultado que se esperaba).

Al ser más reducido el recorrido, obviamente la zona de los Pinos se llenó con mucha más antelación, siendo difícil encontrar un hueco con buena visibilidad cuando todavía quedaba un cuarto de hora para la salida de los toriles de San Pelayo del astado designado este año como Toro del Antruejo, Romino. Pese a ser un momento fugaz, la salida fue presenciada por un importante número de espectadores, que enseguida se desplazaron a otros espacios.

Al salir, Romino se dirigió a la parte alta de los Pinos, donde estuvo alrededor de un cuarto de hora, tras lo cual bajó a la zona del antiguo parking del Centro de Salud. En un momento dado, llegó a entrar en la última zona de tierra, pero volvió hacia atrás, procediendo incluso a tumbarse en el suelo. Así, fue necesario empezar a sacar los bueyes (salieron dos veces), pero no surtieron efecto.

El astado fue avanzando metros lentamente pero, tras tumbarse incluso una segunda vez, hubo que recurrir a la soga para lograr introducirlo en los toriles a las 12.04 horas, más de una hora después de haber salido. Hay que apuntar que a lo largo del evento el cielo empezó a chispear para sorpresa de la mayoría de los presentes.