El mundo del vino, la alta gastronomía de los chefs portugueses del momento y el descubrimiento del Duero en el esplendor de la vendimia, alicientes de una exclusiva jornada ferroviaria río arriba
El tren creado para transportar a la familia real portuguesa y posteriormente a los jefes de Estado y de Gobierno de la República, celebra este año su última edición como tren gastronómico de lujo por el Douro. Un convoy que aúna descubrimiento, alta gastronomía y los paisajes rotundos del Duero portugués.
En 2016 The Presidential Train volvió a los raíles gracias al proyecto emprendedor de Gonçalo Castel-Branco, un empresario portugués fascinado por el potencial de este tren, que había descubierto en las instalaciones del Museo Nacional Ferroviario de Entroncamento.
Entre 2009 y 2013 había sido objeto de concienzudos trabajos de restauración. Enseguida se convirtió en el tren más exclusivo de entre los que circulaban por Portugal, ganando el premio al Mejor Evento Público del Mundo en 2017.
Tratándose de un tren que es patrimonio activo, no solo de la historia ferroviaria sino también de la historia política del país, el acuerdo para su explotación quedó limitado temporalmente y en kilómetros, pudiendo circular apenas 8.000 km al año. Este acuerdo de colaboración entre el empresario y la Fundación del Museo Nacional Ferroviario expiró en 2020, ese año estaba prevista la última edición del Presidencial.
Sin embargo, debido a la imposibilidad de llevarla a cabo por la pandemia, este otoño se cierra el ciclo de viajes del Presidencial, la última oportunidad de surcar los paisajes del Duero a bordo del tren más lujoso de Portugal.
Con un billete que ronda los 500 euros por persona y día, -al menos ese era el precio antes de la pandemia-, uno de los motivos inicialmente evidentes para realizar este viaje es la posibilidad de sentarse a la mesa a degustar un menú elaborado por los mejores chefs portugueses del momento. Una carta muy especial y exclusiva diseñada para cada uno de los sábados y domingos que circulará The Presidential, remontando el río, de Oporto a la Quinta do Vesúvio, en Vila Nova de Foz Côa.
El tren parte a media mañana de la espectacular estación de São Bento, en Oporto. Al poco de arrancar, el pasajero es saludado a modo de bienvenida en su compartimento con un espumoso de la mejor región demarcada del país en este tipo de vinos.
Al cabo de un rato, ya superada la muy urbanizada zona metropolitana de Oporto, se le invita a pasar al comedor, un espacio forrado con maderas nobles, las mesas vestidas con mantelerías de hilo y vajilla Vista Alegre. Y comienza todo un festival de platos de autor.
A los postres, el chef encargado de idear el menú de ese día aparece en el vagón-comedor para saludar a los pasajeros-comensales. Una oportunidad de conocer a nombres icónicos de la restauración portuguesa actual, como Henrique Sá Pessoa, Óscar Geadas, Pedro Lemos o José Avillez, entre otros y otras. Todos reconocidos con una o varias estrellas Michelin.
Con todo, ascender el Duero desde casi su desembocadura hasta el Douro Superior, en un tren lento, con traqueteo antiguo y ventanas batientes, percibir la mudanza de paisajes conforme nos adentramos en un valle cada vez más sinuoso, -pero ya hace mucho tiempo vencido por la mano humana, amoldado a sus intereses vinateros-, es el mayor de los varios lujos que propone The Presidential. O comprender el terror que este río provocó hasta que fue domesticado con esclusas. Y percibir aún ese poderío en el túnel do Cachão da Valeira.
Después de tanta excitación para los sentidos -la buena comida, los excelentes vinos, la compañía de pasajeros internacionales, el Duero,…- llega, ahora, el plato fuerte de la jornada viajera: entrar en la inexpugnable Quinta do Vesúvio, el hogar de Doña Antónia Adelaide Ferreira, la poderosa y temida ‘viuda del Duero’, la entrañable y voluntariosa Ferreirinha. La mujer cuya biografía y Duero son la misma cosa.
La Quinta do Vesúvio pertenece hoy a los Symington, una familia luso-británica de larga tradición en la producción y comercialización de vinos de Oporto y vinos del Duero. No es visitable, solo los pasajeros del Presidencial tienen la oportunidad de curiosear por sus estancias, beber un Port Tonic, un Port Negroni o una refrescante limonada en el porche con vistas al río. O aprender las características que hacen a un año Vintage, con explicaciones a pie de lagar.
The Presidential Train parte para su último viaje –o penúltimo, nunca se sabe con este viejo roquero- los fines de semana de septiembre y octubre de 2022, coincidiendo con el mejor momento para el Duero: la vendimia.
SALAMANCA AL DÍA realizó el viaje a bordo del Presidencial en 2018. Puedes volver a leer el reportaje aquí