Prosiguen las obras de la Plazuela de Amayuelas con la recreación del “dramatismo”

La Plazuela de Amayuelas de Ciudad Rodrigo está siendo objeto desde el pasado mes de diciembre de una reforma integral, a la que todavía le queda cierto tiempo por delante, según se puede apreciar en el estado actual de las obras. En estos momentos, los trabajos se centran en la creación de la línea quebrada de bloques-banco de hormigón que separarán el nuevo foso que se va a habilitar junto al lienzo de la muralla del resto de la Plazuela (en la que apenas se ha intervenido por el momento).

Como ya publicamos hace unos meses, el proyecto recoge, con el objetivo de “recrear la apertura de la brecha y la violenta rotura del muro defensivo”, la configuración de una serie de bloques-banco cuya forma y disposición evocará “el dramatismo del hecho histórico que el lugar representa”. En este sentido, en el diseño expresionista de estos bloques-banco se va a apostar por “las formas oblicuas, las aristas agresivas, las texturas contrapuestas de los encofrados de tabla y la superficie rugosa del hormigón visto”. Precisamente, las obras se encuentran en esa fase de ejecución de los encofrados mediante tablas de madera.

Al funcionar asimismo como bancos para sentarse, los nuevos bloques también servirán para devolver a la Plazuela de Amayuelas su carácter de “espacio estancial y de acogida”, aunque el objetivo principal de la intervención en el lugar es la evocación de los hechos históricos que se produjeron en ese punto durante la Guerra de la Independencia (la liberación por parte del Ejército inglés). Así, por ejemplo, el pavimento anexo a los bancos también tendrá como objetivo “reforzar la imagen de la violencia sufrida por este lugar”, mediante “líneas compositivas que estructuran el diseño del conjunto”.

Como decíamos más arriba, los bloques-banco serán el elemento de unión entre la superficie de la Plazuela y el espacio verde que se va a crear a modo de falso foso junto al lienzo de la muralla. En la base de los bloques, se plantarán matas de hiedra japonesa, que en otoño se teñirán de rojo, “de modo que se complete la representación de la hazaña bélica con todo su dramatismo y color”, configurando todo el conjunto una recreación del “espacio de batalla”, según reza el proyecto.

De esa línea de bloques irregulares saldrá una pequeña escalera hacia el foso (a los pies de la placa de bronce que hay en el lienzo de la muralla), con la finalidad de unir el nivel normal de la Plazuela, “que representa el presente”, con el foso “que remite al pasado”.