Lumbrales vive una animada y participativa jornada de Matanza tradicional del cerdo
Un nutrido grupo de voluntarios se encargó de las distintas tareas de la tipica celebración invernal ante la atenta mirada de los niños
La Plaza Mayor de Lumbrales se ha convertido esta mañana en escenario de la fiesta de la Matanza Tradicional, una celebración que ha permitido evocar a los mayores y mostrar a los niños una de las tareas más típicas del invierno en el medio rural. Con este ánimo de recuperar una tradición y animar la villa en los días previos a la Navidad, el Ayuntamiento de la localidad ha promovido esta fiesta, una novedad en el programa cultural del Consistorio, que ha encontrado el respaldo de un nutrido grupo de voluntarios.
La jornada matancera se inició a las 10,30 horas con el desayuno típico de perronillas, mantecados y aguardiente, a la espera de la llegada del animal ya sacrificado, un ejemplar de 220 kilos de peso. A esa primera hora, el diputado provincial de Ciudadanos, Manuel Hernández, brindaba con aguardiente con miembros del equipo de gobierno municipal. A continuación se procedió al chamuscado del cerdo, al lavado del animal y a su despiece a manos de expertos matanceros voluntarios, dirigidos por Pablo Rodriguez. Esta complicada tarea fue seguida con especial atención por los niños, que veían como se iban cortando las distintas piezas del cerdo que eran colocadas en los varales.
Una vez analizada con éxito la carne del cerdo, se procedió al asado de las distisntas piezas del animal: el hígado, la panceta, las costillas, el magro..... todo pasó por la lumbre bajo la atenta mirada de un grupo de voluntarios cocineros, a los que se unió en algún momento el alcalde, Carlos Pedraz. El resto del equipo de gobierno municipal también participó activamente en las distintas tareas de la jornada matancera, como el picado de la carne para la elaboración de chorizos con la típica máquina choricera.
La carne asada fue repartida entre el público asistente, gente de todas las edades que, a pesar del tiempo desapacible por la lluvia y el fuerte viento, se congregó en la Plaza Mayor de Lumbrales para participar en la fiesta de la Matanza.