‘12 en Red’ organiza un fin de semana de animación en Castelo Rodrigo

Los días 6, 7 y 8 de septiembre el bello pueblo de Castelo Rodrigo abre de nuevo su historia a la curiosidad del visitante mediante el evento 12 en Red: Cristóvão de Moura, ¿héroe o villano?

La entidad Aldeias Históricas de Portugal (AHP), a la que pertenece Castelo Rodrigo, organiza, junto con el municipio de Figueira de Castelo Rodrigo, estos tres días especiales de animación teniendo como eje la figura de Cristóvão de Moura. Se trata del primer ciclo de eventos en red a nivel mundial con el certificado BIOSPHERE© Events.

Con la iniciativa '12 en Red' la entidad AHP dinamiza fines de semana temáticos en cada uno de los doce pueblos que la integran. Este año comenzaron en Sortelha a finales de junio y acabarán en Belmonte en diciembre. La animación se desarrolla alrededor de una leyenda, un personaje o una historia local para, a partir de ese foco, involucrar a toda la comunidad.

Durante el fin de semana del 6 al 8 de septiembre se trata de animar a toda la población y a los visitantes a participar en unas actividades pensadas para trasmitir la historia y las tradiciones de este pueblo, en esta ocasión, girando alrededor de uno de los personajes más controvertidos de la historia local y peninsular.

Habrá teatro de calle, visitas guiadas, juegos en familia, talleres culinarios, pruebas de vinos de la bodega cooperativa local, música y mucha fiesta. Todo envuelto por la nobleza natural de Castelo Rodrigo y sus habitantes.

¿Cristóvão de Moura o Cristóbal de Mora? ¿Héroe o villano? ¿Español o portugués?

El que fuera conde y posteriormente marqués de Castelo Rodrigo nació en Lisboa en 1538, era hijo de Luís de Moura, alcaide de Castelo Rodrigo, y de su esposa, Brites de Távora. Gran parte de su educación trascurrió en Madrid, donde su tío era embajador de Portugal.

Cristóvão de Moura se convirtió en figura imprescindible en la corte española y fue nombrado embajador en Lisboa. Buen conocedor de la realidad de ambos países, supo crear las condiciones propicias para que los dos reinos se unieran, si bien es cierto que colocando la corona portuguesa bajo la corona española. Aprovechó la paupérrima situación de parte de la nobleza lusa para comprar voluntades orientándolas a favor de las pretensiones de los Austrias sobre Portugal, quedando el reino portugués bajo dominio español durante sesenta años (1580-1640), primero con Felipe II (Felipe I de Portugal) y después con Felipe III (Felipe II de Portugal), quien nombró a Cristóvão de Moura virrey de Portugal.

Sin embargo, supo mirar también por los intereses de su país natal, asegurando la autonomía de Portugal en áreas clave. Se mantuvo el uso del idioma portugués, no solo a nivel de calle, sino como idioma oficial; se continuó acuñando moneda para ser usada en las transacciones comerciales internas y con las colonias portuguesas de ultramar, cuya administración continuó ostentando Portugal; y se mantuvo un gobierno propio bajo la figura del virrey y también las cortes.

Visto por unos como un estratega moderno, un defensor de la unión ibérica, fue percibido por otros como un traidor que vendió su patria. Hay historiadores que consideran esta etapa como un periodo en el que Portugal dependió formalmente de la monarquía de los Austrias, pero no pasó nunca a formar parte de España.

Ostentando el condado y después el marquesado de Castelo Rodrigo, en la tierra de sus antepasados decidió levantar un palacio, el Palacio de Cristóvão de Moura, cuyas ruinas constituyen hoy una de las señas de identidad de la localidad.

El palacio quedó en ese estado cuando fue incendiado y saqueado por el pueblo nueve días después de la restauración de la independencia de Portugal, debido al rechazo que provocaba la vinculación de su dueño con la corona española.

Así las cosas, ¿fue Cristóvão de Moura un estadista o un vulgar traidor? Lo único cierto es que es una figura relevante en la historia de Portugal y de España. Quien venga a Castelo Rodrigo del 6 al 8 de septiembre podrá conocer mejor a este personaje y juzgar por sí mismo en el escenario auténtico donde la historia ocurrió.

Las actividades preparadas para el fin de semana tienen otros protagonistas aún más relevantes que el virrey: los vecinos de Castelo Rodrigo y la propia localidad.