Tus hijos

¿Te podemos llamar padre cuándo tu esperma no nos engendró?

¿Te podemos llamar buen padre cuándo nos exhibías ante los ojos del mundo sin ningún pudor?

¿Hemos sido unos hijos traumatizados por las críticas que has recibido por nuestra formación?

!Ay si supieran! aquellas bocas y aquellos ojos, que clavaban su pupila en nuestros fallos, que te dedicaste a coleccionar hijos como un artista. Y sólo te gustaban aquellos con sabor, olor y color a Arribes del Duero y a Campo Charro. Y una vez tuyos no cesabas hasta transformarnos a golpe de paleta, pincel, desvelos y crítica en una obra de arte. ¿Pensarían qué eras un fanático o un embajador de tu tierra?

Nosotros, tus hijos, no necesitamos tu esperma para saber que eres nuestro auténtico padre. Un padre que nos ha amado hasta dar el último aliento de su existencia por nuestra formación.

Texto: Adela Prieto 08/12/2018

Foto: M. Corral