Las relaciones humanas en tiempos actuales guían el bloque de sala de la tarde del jueves
CIUDAD RODRIGO | Durante este bloque hubo un total de cuatro obras, ninguna de las cuales se había visto antes en Castilla y León
La tarde del jueves en la Feria de Teatro incluyó un total de cuatro espectáculos de sala, que tuvieron como denominador común las relaciones humanas en 'tiempos actuales', aunque con perspectivas y protagonistas muy diferentes.
El bloque de obras se abrió como es habitual en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal, con el espectáculo Crecer de El Callejón del Gato Producciones, un montaje bastante adecuado para el público joven, lo que hizo que el gallinero del Teatro (para el cual no se venden entradas) se llenase de los monitores y de los integrantes del Equipo de Apoyo de la Feria.
Ellos pudieron verse reflejados en que la joven protagonista sufra un conflicto familiar importante, aunque seguramente ninguno haya tenido que vivir una situación tan límite como en la obra, donde la joven, a sus 16 años, descubre que la persona que creía su padre no lo es, y que de repente llegue a su casa su padre biológico con la intención de tener con ella el contacto que nunca ha tenido. A partir de ahí, los jóvenes de la historia pasan a ser los sorprendidos por la actitud de Peter Pan de los padres.
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El siguiente espectáculo de la tarde se pudo ver en un emplazamiento poco habitual, el patio del claustro del Palacio de Montarco. Allí el titiritero Jordi Bertrán mostró su maestría para contar, englobadas bajo el título de Circus, tres pequeñas historias tituladas El Sueño de Charlot, Fratel.lo i Titina, y Toti, en las que también salieron a relucir las relaciones humanas entre varios de los protagonistas.
La otra cita fija de las tardes, en el Espacio Afecir, dio la oportunidad a una serie de espectadores de subirse al mismísimo escenario para ser testigos aún más directos si cabe del trabajo actoral de la compañía gallega Ibuprofeno Teatro, que ofreció un montaje denominado Raclette.
Ese es el nombre que se le da a una forma de comer en comunidad inventada por los pastores suizos que, para ahuyentar el frío y la soledad de la montaña, se reunían en torno al fuego para ir cocinando sobre una piedra caliente. En este caso, se mantuvo esa piedra caliente, pero sobre una mesa, en torno a la cual se entrelazaron las historias personales de cinco personajes conformando un complejo mosaico humano.
La cuarta obra de este bloque de sala fue Acunar al viejo árbol_acto de acompañamiento, un montaje de la compañía palentina Pez Luna Teatro que se pudo ver en la Sala Esmark. Con la base del denominado teatro documento (creada a partir de la observación de personas mayores y testimonios de personas que cuidan a otras personas), el espectáculo trató precisamente sobre el cuidado a quienes nos cuidaron.