Papanatas

Más bien, autopapanatismo, porque el propio de este país no falla: es conocer una noticia o información que contradiga los hábitos, costumbres, usos y hasta vicios generalizados del personal, o de quienes al personal chulean, para que se ponga el grito en el cielo por tierra, mar, aire, papel prensa y marujeos radiotelevisivos, y se blandan ostentosamente las santas indignaciones y las dolientes quejas por el ataque a nuestra intocable idiosincrasia o a nuestra sagrada forma de autosuficiencia que nadie, pero nadie nadie, parece tener derecho a juzgar. Ha sucedido con la última información de la OMS relativa a los perjuicios del consumo de carne, y viene sucediendo respecto a recomendaciones internacionales relativas al maltrato animal, las medidas profilácticas de protección ante posibles epidemias, la velocidad en el tráfico, el consumo de alcohol, los hábitos insalubres de consumo, como el tabaco, y otros temas, pero también sucede en asuntos mucho más serios como las recomendaciones respecto al ominoso silencio institucional y político alrededor del franquismo, las advertencias sobre la ínfima calidad del sistema educativo español y sus consecuencias y otros temas de trascendencia capital para nuestra sociedad.

Bien es cierto que muchas de las airadas protestas e insolentes contestaciones a las recomendaciones y advertencias exteriores están dictadas por espurios intereses económicos ?el consumo de carne- o descaradas apetencias electoralistas y manipulaciones ideológicas ?el franquismo-, pero también que una suerte de especial y notablemente estúpida petulancia española, con las raquíticas armas de supuestas peculiaridades raciales e intocables tradiciones, se rebelan contra cualquier atisbo de cambio, corrección, revisión o censura.

Ese numantinismo español que rechaza de entrada cualquier opinión foránea sobre las derivas en su naturaleza y más en su modo de vida, utilizado durante décadas por la dictadura franquista y reyezuelos varios como argumento para evitar la apertura y obstaculizar la libertad; manoseado por la iglesia católica para extender la sumisión a sus dogmas y liturgias, logrando de paso seguir viviendo de sus cuentos; exhibido por jefes, jefecillos, caudillos y salvapatrias de toda laya para justificar las mayores barbaridades y la mendacidad, es el mismo numantinismo chusco que nos alejó definitivamente de las ventajas de la Ilustración, que nos aisló durante siglos del mundo y las dinámicas del mundo, de la ciencia, del pensamiento, de las vanguardias, del conocimiento y de la cultura; el mismo que inspiró aquel "Spain is different" de tanto rédito para algunos y, hoy, el mismo que nos permite, y que nadie se atreva a decir algo en contra, enseñar la crueldad como asignatura en las escuelas públicas.