Las habilidades circenses de dos empleados de hotel cierran una mañana con mucho color

La mañana de jueves en la Feria de Teatro 2014 estuvo llena de color y música, que intentaron despertar las máximas sensaciones posibles en el público que las presenció. Como ocurre todas las mañanas, los niños fueron protagonistas destacados, empezando por los bebés, que disfrutaron en el Espacio en Rosa de un estreno en España, Tarará-Tchim!, de la compañía portuguesa Passos e Compassos.

Con un cuidado diseño de la luz, el sonido, la imagen, y el propio escenario ?muy colorido-, se fue creando un ambiente mágico para disfrute de los bebés y sus padres.

A la misma hora que tenía lugar el primer pase de esta obra, el Teatro Nuevo Fernando Arrabal acogía un estreno absoluto a cargo de un clásico de la Feria, Teloncillo. Esta compañía propuso La ramita de hierbabuena, una historia protagonizada por Asterio, un personaje que debe afrontar una serie de pruebas y desafíos para poder conseguir la ramita de hierbabuena que necesita su madre para hacer un guiso. La aventura no fue nada fácil ya que Asterio se fue encontrando por numerosos personajes que se lo intentaron poner difícil.

La mañana del jueves de Feria continuó con Pinta, Pinto en el Espacio Afecir, a cargo de Ruido Interno. La obra estuvo protagonizada por dos jóvenes artistas, Iria e Ylenia, que guiaron al público asistente por el mundo de la expresión pictórica a partir de sus propias vivencias. Así, fueron narrando aspectos de sus vidas relacionados con el arte, a la vez que explicaron aspectos básicos del lenguaje pictórico, en una obra lúdico-didáctica.

A la par que se desarrollaban las obras mencionadas, en las Plazuelas del Buen Alcalde y del Conde tuvieron lugar las segundas sesiones del Divierteatro y el Palabreando. Coincidiendo con la hora de conclusión de estos programas, comenzó un espectáculo al aire libre en la Plazuela de Herrasti dirigida a público de todas las edades.

En la obra, A su servicio, de la compañía Tiritirantes Circo Teatro Soc. Coop., dos empleados del Hotel Paraíso, Birli y Birloque, fueron cumpliendo diversas tareas mientras iban mostrando sus habilidades circenses a la hora de hacer malabares, trucos de magia o mantener el equilibro sobre un triciclo. El público quedó especialmente intrigado por cómo uno de los empleados del hotel hizo levitar a una de las espectadoras. Al igual que en el resto de obras de la mañana, la música también jugó su papel en A su servicio.