La lluvia no resta emoción al encierro, aunque impide la procesión del Santo

Emocionante encierro el vivido este martes, día de San Juan, en Hinojosa de Duero, un festejo que finalmente se celebró ante los primeros temores después de que la lluvia impidiese la procesión del Patrón y la representación del baile de la bandera, auténtico emblema de estas fiestas.

Después de la celebración de la misa, la procesión se hacía imposible ante los 'chuzos' que caían en Hinojosa en el Día Grande de sus fiestas, por lo que también hubo de suspender la representación del baile de la bandera, danza que se prevé pueda interpretarse durante el descanso del festejo taurino previsto para esta tarde.

Y ante un día de circunstancias sobrevenidas por lo anormal de las fuertes lluvias a una semana del mes de julio, el tercer encierro con novillos de estas fiestas también se hizo de rogar, aunque mereció la pena la espera por ver cómo algunos de los corredores se situaban a escasos metros de la manada en el último tramo de la carrera.

Pasados 15 minutos de la una de la tarde se escuchaba el estallido del cohete anunciador del inicio del encierro. Como los días anteriores e incluso el año pasado, la manada de mansos se lo ponía de nuevo difícil a la decena de caballistas del encierro. Ayer lunes tan solo uno de los mansos decidió unirse a la manada de cuatro erales de Madrazo, hoy, al menos, fueron dos.

Cuatro novillos de la finca de La Vádima y dos mansos daban vida al encierro, y en poco más de ocho minutos tras el estallido de la bomba, se advertía su entrada en el casco urbano de Hinojosa. Llegaba totalmente agrupada, aunque con un buey unos metros más retrasado, desconfiado, por lo que la garrocha hizo el trabajo.

En la recta final de entrada a la plaza un grupo de jóvenes se colocó a la carrera delante de la manada, que aguantó la velocidad de los astados hasta llegar al coso. Los caballistas no apuraron demasiado a los novillos, el encierro discurría tranquilo y con los astados todos agrupados, lo que contribuyó a la plasticidad del momento.

Ya sobre el albero, dos vueltas y a toriles. No hubo más. Y los dos mansos de nuevo al 'prao' a la espera del último encierro, mañana día de San Juanito.

Esta tarde, a las 18.30 horas, el alumno de la Escuela de Tauromaquia de Salamanca, Antonio Grande, lidiará dos de los erales del encierro, quedando los otros dos para disfrute de los aficionados. Durante el descanso del festejo, y si el tiempo y el suelo de la plaza lo permite, se bailará la bandera, que tendrá como protagonistas a los hermanos Abel y David Bautista Fernández en los papeles de alabardero y abanderado.

La jornada concluirá con una verbena amenizada por el grupo Trópico 2000.

Para mañana miércoles, día de San Juanito y último de estas fiestas, está previsto un encierro infantil con carretones, uno de verdad con vaquillas y erales, y una capea en la tarde para los aficionados.

Pasaje histórico de Hinojosa

Entregada por Fernando II en 1191 al obispo Martín, Hinojosa de Duero fue señoreada por la Diócesis de Ciudad Rodrigo hasta 1575 (reinado de Felipe II), momento en que la Corona vendió la jurisdicción, señorío y vasallaje al propio concejo de la villa, así como San Leonardo, anejo hoy en ruinas y que nunca tuvo relevancia especial.

Durante el último tercio del periodo de este señorío tuvo lugar en esta villa uno de los más importantes acontecimientos que han vivido sus habitantes a lo largo de los siglos, un hecho que ha dejado en la cultura tradicional uno de los más bellos pasajes del significado de su historia. El baile de la bandera es el vestigio que ha llegado hasta nuestros días de aquellos sucesos, pues en él se escenifica la revuelta popular acaecida en el mes de febrero del año 1441 contra el Alcaide de la fortaleza, subordinado del obispo de Ciudad Rodrigo y cuya toma fue capitaneada por Fernando Nieto 'el mozo' y el tío de este, Fernando Nieto 'el viejo', en respuesta a la afrenta que habían recibido por parte del prelado al serles incautadas sus propiedades de Villavieja de Yeltes y Bañobárez, un levantamiento al que se sumaron los vecinos de Hinojosa por el hartazgo ante el abuso de poder infringido sobre el pueblo.

Hechos similares a este, y con los mismos personajes como protagonistas, se sucedieron días antes en las localidades de Lumbrales y San Felices de los Gallegos, lugar este último donde los sublevados mantuvieron su cuartel general acumulando en su castillo el botín sustraído a la Diócesis civitatense, aunque pasado un tiempo el castillo de Hinojosa volvería de nuevo a manos del obispo, hasta el referido año de 1575.

En cualquier caso, este levantamiento protagonizado por los vecinos de Hinojosa marcó un hito en la lucha contra el poder señorial, de ahí que en la actualidad el baile de la bandera sea considerado como la victoria del pueblo contra los abusos eclesiásticos y feudales de la época, entre ellos el derecho de pernada que entonces le asistía al Alcaide de la fortaleza.

Como la mayoría de pueblos rayanos, Hinojosa también permaneció durante siglos en medio de litigios y lides, y nunca permitió ofensa alguna a sus intereses, que siempre buscaron los feudos de uno y otro lado del Duero.

Y así lo refleja el obispo de Ciudad Rodrigo en un informe remitido al rey Felipe II en el año 1572. En este escrito, el prelado informa al monarca de la precaria situación de la fortaleza, en hombres y armas, ante la constante amenaza que el reino de Portugal infringe en la frontera y cuya protección estaba al cargo de los vecinos de Hinojosa, entonces descuidados de ese encargo como consecuencia de sus diferencias con el Obispado a raíz de los acontecimientos ocurridos 131 años antes: "(?) como es gente de Raya, son indómitos, amigos de pleitos, traxineros, no se precisan de cavallería ny de tener cavallos ny saben que cosa es" (Archivo General de Simancas. Diversos de Castilla. Leg. 21. 1).

El simbolismo del baile de la bandera Con el paso de los siglos, la trasmisión oral de aquellos acontecimientos ha dado paso a una legendaria historia con la que se ha identificado este pueblo hasta nuestros días, unos hechos que ?como apuntábamos al principio? se encuentran representados en el tradicional baile de la bandera. En esta danza, el personaje principal, el abanderado, simboliza la figura del pueblo de Hinojosa, que finalmente vence al feudal y provoca su huida del castillo, figura esta representada por un segundo personaje identificado con tocado de sombrero y empuñando una albarda (pica) en señal de su poder militar. Otro de los rasgos que define a este personaje, y los hechos que se atribuyen a aquel momento histórico, lo reflejan sus pantalones, pues el alabardero (feudal) aparece en esta danza con una de las piernas del pantalón remangada hasta la rodilla. Este signo simboliza la sorpresa que el ataque produjo al señor del castillo, pues la premura de la situación que vivía durante su descanso en la alcoba le impidió colocarse adecuadamente las calzas para salir por piernas y solicitar auxilio al Prelado, como así aconteció. Algunos de aquellos hechos históricos hoy aparecen en forma de leyenda y convertidos, en muchos casos, en un excelente guión novelístico. Precisamente, en esos terrenos, entre la historia y la ficción, es donde se desenvuelve esta escenificación de lo acontecido en Hinojosa hace casi seis siglos, un suceso que cada año reviven el día de San Juan.

EN UNOS MINUTOS LES OFRECEREMOS UN VÍDEO DEL ENCIERRO