Vecinos y forasteros viven con gran intensidad en Sobradillo la II Matanza Tradicional
El público asistente pudo presenciar cada paso de la matanza, desde el chamuscado a la elaboración de chorizos, todo amenziado por el tamborilero de Vitigudino Alejandro Hernández
Aunque fuera del calendario provincial programado por la Diputación de Salamanca, en Sobradillo celebraban este día de la Constitución la segunda edición de su Matanza Tradicional, evento que tuvo como protagonistas a una marrana de unas 16 arrobas, y a Manolo y José, encargados de coordinar las labores matanceras, pues la mayoría de los vecinos presentes fueron partícipes de una forma u otra en esta II Matanza Tradicional.
Así las cosas y después del éxito del año anterior, la plaza del pueblo daba cabida este viernes a la segunda matanza tradicional en Sobradillo, acto en el que el público asistente centraría su atención en una cochina de unos 170 kilos de carne, y que llegaba inerte a la plaza del castillo para su chamuscado, aunque antes no faltaría el típico convite de perrunillas y aguardiente.
A continuación, la marrana se trasladaría de las inmediaciones de la Casa del Parque Arribes del Duero a la plaza del Ayuntamiento para su lavado y posterior despiece, labores de las que se encargarían Manolo y José con un buen grupo de colaboradores, incluido el alcalde de la localidad, José María González.
Extraídas las tripas y vísceras, le llegaba el turno a lomos, solomillos, panceta, jamones y paletas, carne que también sirvió de muestra para hacer chorizos, taller en el que participaron niños y otros no tanto. Y entre corte y corte, perrunillas, mantecados y aguardiente.
El broche a esta jornada matancera lo pondría una comida con la carne de la cochina a la brasa, todo un manjar con solo unos granos de sal y que sería el colofón a unos actos amenizados por el tamborilero de Vitigudino, Alejandro Hernández.
Recuperación de la capachera
Después de esta primera jornada del puente festivo, en Sobradillo están preparados para celebrar este sábado, 7 de diciembre, la fiesta de la capachera, celebración que regresa 65 años después y que tiene como protagonistas a los quintos de 2020.
La capachera consiste en la quema desde el campanario de la iglesia de los capachos, esteras circulares de esparto, antiguamente utilizados para la extracción de aceite en las almazaras. Al estar impregnados de aceite, la combustión de los capachos es rápida.
Y como por última vez en 1954, los capachos serán prendidos en la torre de iglesia y serán movidos en círculos verticales para formar con sus llamas un gran haz de luz que iluminará la Plaza de Sobradillo, únicamente iluminada por la hoguera de los quintos.
La I Fiesta de la Capachera comenzará a las ocho de la tarde con una degustación de vino y chorizo, para continuar con el encendido de la hoguera. La capachera se espera pasadas las 21.30 horas, momento en el que los quintos se subirán al campanario para demostrar quien mueve con más brío sobre el aire los capachos encendidos.