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“(…) No podrá con la pena mi personacircundada de penas y de cardos:¡cuánto penar para morirse uno!"MIGUEL HERNÁNDEZ en El rayo que no cesa.
El 6 de agosto de 1945 sembró la semilla de la soberbia imperialista, despojó al mundo de la capacidad de piedad, enterró una gran parte de los avances de la investigación científica en el lodo de la iniquidad que