Amigos de la Bici: cuatro décadas de compañerismo y "ciclismo slow" por las carreteras de Salamanca

En una época dominada por la competición, los tiempos cronometrados y la exigencia física de aplicaciones que miden el rendimiento, la Asociación Amigos de la Bici de Salamanca se mantiene fiel a una filosofía diferente. Con una tradición que se remonta a los años 80, este colectivo representa la voz de la experiencia sobre dos ruedas en la provincia, apostando por lo que podría definirse como "ciclismo slow": disfrutar del trayecto, de la compañía y del entorno sin la presión del reloj.

Su presidente, Carlos Hernández, encabeza una agrupación que actualmente cuenta con 128 socios y mantiene una actividad constante con un calendario de salidas que abarca desde febrero hasta noviembre. Lejos de buscar el rendimiento deportivo puro, el club se ha convertido en un espacio de encuentro social donde la bicicleta es el vehículo para la convivencia.

El perfil: veteranía y ritmos pausados

La asociación refleja una realidad demográfica clara: la media de edad de sus integrantes se sitúa en los 54 años. Según explica Carlos Hernández, esto se debe en gran parte a que el estilo del club difiere de las tendencias actuales que atraen a los más jóvenes. "Quizás la gente hoy día prefiere un ciclismo algo más competitivo y más exigente", analiza el presidente. Frente a esa demanda de intensidad, en Amigos de la Bici tienen otras preferencias: "Nos gustan unos ritmos un poco más pausados y excursiones de muchos kilómetros, pero con menos velocidad".

Este enfoque ha permitido fidelizar a una masa social estable. Aunque no han experimentado un "auge" explosivo de nuevas altas, sí mantienen un número consolidado de miembros año tras año. La dinámica del grupo se basa en la solidaridad. En sus rutas, nadie se queda atrás. "Nos esperamos en las salidas y si alguien se queda retrasado se le espera en el siguiente punto de reencuentro", asegura Carlos Hernández, destacando que cualquier aficionado es bienvenido independientemente de su edad o condición física.

Además del calendario oficial, el colectivo fomenta la participación espontánea a través de un foro de correo electrónico donde los socios proponen rutas alternativas fuera de temporada, manteniendo viva la llama del pedal durante todo el año.

Convivencia ejemplar en carretera

Uno de los aspectos más positivos que destaca el presidente de la asociación es la evolución de la seguridad vial en las carreteras de la provincia de Salamanca. Lejos del alarmismo, la experiencia diaria de este grupo veterano es tranquilizadora. "No nos podemos quejar, en absoluto, porque los coches por lo general respetan los adelantamientos y dejan la distancia de seguridad", afirma Hernández.

Según su percepción, la educación vial ha avanzado significativamente en la última década. El comportamiento del conductor salmantino hacia el ciclista ha alcanzado, en sus palabras, un nivel "aceptable", equiparable al que observan en sus viajes por países vecinos con gran cultura ciclista como Francia o Portugal.

No obstante, desde la asociación hacen un ejercicio de honestidad y autocrítica, recordando que la seguridad es una responsabilidad compartida. "Los ciclistas no somos perfectos", admite Hernández, quien insiste en que el ciclista debe también facilitar la maniobra al conductor. Prácticas como circular en fila india cuando hay tráfico, "darse la voz" para avisar de la llegada de un vehículo o ceder el paso para el adelantamiento cuando hay visibilidad son normas de cortesía habituales en el pelotón de Amigos de la Bici.

Propuestas para la red ciclista urbana

Aunque el foco principal de la asociación son las rutas de carretera y el cicloturismo, el colectivo también mantiene una mirada atenta sobre la movilidad en la capital. En este sentido, Carlos Hernández plantea una serie de reivindicaciones constructivas para mejorar la infraestructura de la ciudad, señalando áreas donde el diseño actual presenta margen de mejora.

Conexión entre tramos

La principal observación del colectivo es la falta de una red interconectada que permita cruzar la ciudad. "El ideal debería ser que en Salamanca cualquiera pudiera desplazarse en bici por cualquier parte con seguridad", señala. Actualmente, perciben que los carriles bici son mayoritariamente "perimetrales", lo que dificulta el acceso al centro o el tránsito por zonas complejas como la zona de hospitales o la Plaza de España, disuadiendo a posibles usuarios de la bici como medio de transporte diario.

Diseño y mantenimiento

La asociación solicita también que las futuras infraestructuras se planifiquen "teniendo al ciclista en mente". Hernández apunta que, en ocasiones, la ejecución de las obras parece hacerse "para cubrir el expediente", resultando en trazados con baches o bordillos incómodos. Como ejemplo de punto a revisar, cita el tramo de la avenida de la Salle hacia el barrio de Los Alcaldes, donde el carril bici discurre pegado al quitamiedos, dificultando la circulación efectiva.

Pese a estos puntos de mejora, la asociación valora positivamente la implementación de medidas como los carriles preferentes en la calzada, una solución que consideran útil para alertar a los conductores y mejorar la seguridad sin necesidad de segregar el tráfico en todas las vías. También celebran el incremento de kilómetros de un carril bici que anima a la población salmantina a que la bicicleta sea su medio de transporte en su día a día o una vía de escape para hacer deporte en sus horas de esparcimiento.