Esta monumental obra, atribuida a Juan Martín Cabezalero, ha sido trasladada desde la iglesia parroquial al teller de Uffizzi en la capital salmantina a Salamanca. La intervención, financiada con 70.000 euros por la Fundación Inés Luna Terrero, durará cuatro meses y buscará confirmar la autoría de este autor del Barroco
La iglesia parroquial de Vitigudino ha vivido este miércoles una jornada que pasará a los anales de la historia de la villa. Tras permanecer colgado en la pared norte del templo durante más de un siglo, el monumental cuadro de 'La Asunción de la Virgen', atribuido al pintor barroco Juan Martín Cabezalero, ha sido descolgado para iniciar su traslado a la capital salmantina, donde será sometido a un proceso integral de restauración.
La operación, de gran complejidad técnica debido a las dimensiones y el peso de la obra, marca el inicio efectivo de una intervención muy esperada en la localidad. El proyecto cuenta con una financiación de 70.000 euros aportados por la Fundación Inés Luna Terrero, una inversión destinada a salvar una pieza que, según los expertos, se encuentra en una situación crítica de conservación.
Al acto de desmontaje han asistido el alcalde de Vitigudino, Javier Muñiz, así como los párrocos Francisco Fraile y José Antonio Andújar, testigos de excepción de la salida de esta joya del patrimonio artístico de la comarca de Vitigudino.
La retirada del lienzo ha requerido un operativo milimétrico coordinado por la restauradora María Luisa López, al frente de la empresa salmantina Uffizzi, en colaboración con especialistas de Transportes y Mudanzas Feltrero. Las dimensiones de la obra —3,15 metros de ancho por 4,45 de alto— y el peso añadido de su marco han obligado a utilizar medios mecánicos específicos.
Para el desanclado de la pared norte ha sido necesaria la intervención de una carretilla elevadora y el trabajo simultáneo de varios operarios. Una vez depositada la obra en el suelo del templo, el equipo de restauración ha procedido a una primera limpieza superficial de la parte posterior del lienzo, acumulada durante décadas, antes de separar la tela de su marco.
El protocolo de seguridad ha incluido el embalaje del lienzo en varias capas de plástico de burbujas para amortiguar cualquier vibración durante el viaje. Posteriormente, se ha procedido al desmontaje del gran marco, que también ha sido protegido individualmente para su traslado en el camión de transporte hasta los talleres de Uffizzi en la capital salmantina.
El traslado al taller permitirá a los expertos trabajar con la infraestructura adecuada para detener el deterioro de la pintura. María Luisa López, responsable de la restauración, ha señalado que el tiempo estimado de los trabajos es de cuatro meses, aunque se ha mostrado cauta respecto a los plazos definitivos.
"Hasta que no nos pongamos con él no se puede saber con certeza el tiempo que requerirá la restauración", ha explicado López, quien ha reiterado que el lienzo "está en muy mal estado". El diagnóstico previo ya alertaba de desgarros, tensiones en las costuras de la tela y pérdidas significativas de policromía, agravadas por antiguos repintes y la oxidación de los barnices.
Además de la recuperación estética y estructural, este proceso tiene un objetivo científico paralelo: confirmar la autoría de Juan Martín Cabezalero (1645-1673). La confirmación técnica de que la obra pertenece a este discípulo de Carreño de Miranda, fallecido prematuramente a los 28 años, situaría a la iglesia de Vitigudino como poseedora de una pieza clave del Barroco madrileño, comparable a las que se exhiben en el Museo del Prado.
La salida del cuadro cierra un ciclo de más de cien años de permanencia ininterrumpida en el templo. La obra llegó a Vitigudino en 1916 gracias a la donación de Luis Carvajal y Melgarejo, marqués de Puerto Seguro y conde de Cabrillas, figura clave en la historia del municipio a principios del siglo XX.
Con el traslado completado con éxito, comienza ahora la fase de laboratorio y taller, de la que dependerá que los vecinos de Vitigudino puedan volver a contemplar la 'Asunción' no solo restaurada, sino con su identidad artística plenamente certificada.