Carlos Therón, de los cortos en Salamanca a dirigir los grandes éxitos de taquilla

La pasión por el cine puede nacer de un instante, de una butaca y de una pantalla que se ilumina para cambiar una vida. Para el director salmantino Carlos Therón, ese momento fundacional ocurrió a los cinco años, con una película que le hizo sentir un torbellino de emociones. "Recuerdo entrar y, al principio, me daba miedo, luego me moría de risa, y luego llorar como un loco cuando se muere, feliz porque había resucitado y volver a llorar porque se va", rememora sobre su primer encuentro con el séptimo arte; se trataba de la película 'E.T.'. La sensación fue tan intensa que sintió que le había "pasado un tren por encima".

Esa experiencia fue la semilla de una vocación que lo ha llevado a convertirse en uno de los directores de comedia más exitosos del cine español. Un camino que comenzó en Salamanca, marcado por una curiosidad insaciable y el ingenio para abrirse paso en una industria compleja. Desde entonces, su objetivo ha sido formar parte de "esa gente que agita las cabezas de otra".

El despertar de una vocación en Salamanca

Tras aquella revelación infantil, Therón comenzó a forjar su cultura cinematográfica. Primero quiso ser guionista, hasta que a los diez u once años comprendió la figura del director como el verdadero artífice de la magia, aquel que da forma al "lenguaje visual y cómo te ha encontrado la historia". Sus primeros pasos en Salamanca fueron los de un cinéfilo devoto, ahorrando su paga semanal para no perderse el día del espectador. "Hacía un ejercicio de contención durante la semana, porque la paga semanal llegaba para ir al cine, pero no los días normales, solo el día del espectador, los miércoles", confiesa.

Pronto, el visionado dio paso a la creación. Con la cámara de vídeo de su tía, comenzó a experimentar junto a su primo, quien a día de hoy sigue trabajando con él dibujando los storyboards de sus películas. El azar también jugó un papel crucial cuando descubrió que su hermano mayor era compañero de otro futuro cineasta salmantino, Rodrigo Cortés. "Acabé ahí pudiéndome colar en sus cortos a ver cómo se hacía eso", explica. Una oportunidad que fue más allá de la simple observación, ya que Cortés "ayudó mucho con mis cortos y con mis cosas a montar".

Del éxito en festivales al salto a Madrid

Aún en el instituto y en sus primeros años en la Universidad de Salamanca, donde estudió Historia del Arte, Therón ya dirigía cortometrajes cada vez más ambiciosos. Proyectos como 'Comunica' o 'La ley de Murphy' comenzaron a destacar en el circuito de festivales. "Empezamos a ganar premios y con el dinero que ganamos con esos premios hicimos otro que se llamó 'Interruptus', que funcionó todavía mejor", recuerda. Con el éxito de este último, tomó la decisión de probar suerte en Madrid.

Los inicios en la capital no fueron sencillos. Tras no ser admitido en la escuela oficial de cine, optó por otra formación mientras trabajaba gratis como ayudante de dirección en innumerables cortos. Para subsistir, realizó todo tipo de trabajos, desde "videoreportajes terribles" hasta montar vídeos de peluquería en sus veranos en Salamanca. De esa etapa nació el cortometraje 'Impávido', que con el tiempo se convertiría en su ópera prima, aunque su estreno se vio adelantado por otro gran proyecto.

La televisión como escuela y el reto de las secuelas

La televisión fue su gran escuela profesional. Gracias a su trabajo, entró en Globomedia y comenzó a dirigir episodios de la popular serie 'Los hombres de Paco'. Esta experiencia le abrió las puertas de su primer gran éxito comercial: 'Fuga de cerebros 2'. A pesar del reto que suponía hacer una secuela sin su protagonista original, Mario Casas, un "terreno resbaladizo", la película funcionó "muy bien" y se convirtió en "la segunda o la tercera más taquillera del año" en España.

Tras este éxito, llegó el estreno de 'Impávido', que tuvo un recorrido comercial "regular-mal", pero que se ha convertido en una película de culto para muchos por su tono "muy macarra, muy gamberro". Después consolidó su habilidad para conectar con el gran público dirigiendo series de gran audiencia como 'El barco', 'Chiringuito de Pepe' y 'Olmos y Robles'. Sobre 'Chiringuito de Pepe', destaca que fue un proyecto innovador: "Le dimos la vuelta a cómo se trataban visualmente las comedias, que solían tener un tratamiento menos trabajado".

"Quiero apostar por las salas"

Aunque ha desarrollado gran parte de su carrera en la pequeña pantalla, Carlos Therón mantiene su amor por el cine. "Si puedo elegir, me suelen gustar más los proyectos de cine, porque es un medio en el que tengo más control de todo lo que pasa", afirma. Tras éxitos como 'Es por tu bien' y 'Operación Camarón', cuyo estreno se vio truncado por el confinamiento de 2020, dirigió para Netflix 'Fenómenas' y 'El Campeón'. Sin embargo, ahora siente la necesidad de volver a los cines.

Therón reflexiona sobre el cambio de hábitos del espectador, acelerado por la pandemia. "Quiero apostar por las salas, porque es la mejor manera de disfrutar de una película", defiende. Para él, la experiencia cinematográfica es insustituible. "Estás rodeado de desconocidos, y de repente todo ese grupo de gente está reaccionando de la misma manera. Es algo mágico. El cine es una experiencia comunal, como el teatro. Por muy grande que sea tu tele, no es lo mismo".

'La maleta': una comedia romántica "como una cita de Tinder"

Con esa filosofía, prepara su próximo largometraje, 'La maleta', cuyo estreno está previsto para otoño de 2026. Se trata de una comedia que mezcla acción y romance, protagonizada por Lucía Caraballo y el actor mexicano Alejandro Speitzer. "Lucía es un descubrimiento increíble, en los próximos dos o tres años va a estar en todos lados", avanza sobre la actriz. De Speitzer destaca su estatus de estrella en México, donde protagonizó la serie 'Cóyotl' de HBO.

La trama de 'La maleta' arranca con un juego en la cinta de equipajes de un aeropuerto: si sale primero la maleta de ella, se toman algo. El encuentro deriva en una noche de pasión, pero todo se complica cuando él descubre que ella ha robado su maleta. "Lo divertido para mí es que tiene que ver con la época actual, es casi como una cita de Tinder: primero se acuestan y ahora se conocen, a ver si se entienden", explica el director. Sus referencias son clásicos como '¿Qué me pasa, doctor?' o 'La fiera de mi niña'. El reparto lo completan nombres como Leonor Watling y David Lorente, que interpretan a "los policías que les van persiguiendo".

Una industria sin competencia y en plena adaptación

Therón también analiza el estado actual de la industria audiovisual, que ha vivido una explosión de producción por "las guerras del streaming". Lejos de verlo como un entorno hostil, niega sentir rivalidad. "No lo he vivido tanto como competencia. La mayoría de los directores de comedia que conozco son amigos", asegura, mencionando su estrecha relación con Javi Ruiz Caldera ('Superlópez'), con quien colaboró en la serie 'Mira lo que has hecho'.

No obstante, advierte que el sector afronta un nuevo cambio de ciclo. "Estamos en un momento en el que este mundo se está deshinchando un poco, porque había tantísima oferta que era imposible para el público", reflexiona. "Ahora vienen curvas otra vez y habrá que adaptarse al escenario nuevo. Pero vamos, así estamos toda la vida". Una adaptación constante para seguir agitando las cabezas del público, como aquella primera vez en un cine de Salamanca.

FOTOS: EMILIO PEREDA