La familia Fernández, alma de la tradición de las castañas asadas en Peñaranda

Peñaranda mantiene encendida una de sus costumbres más entrañables gracias al empeño y la constancia de la familia Fernández, con María Ángeles Barrera González al frente de esta sabrosa costumbre. Desde hace más de 18 años, ellos son los guardianes de una tradición que, a pesar del paso del tiempo y de las inclemencias del otoño, sigue reuniendo a vecinos y visitantes en torno al aroma inconfundible de las castañas asadas.

Cada 1 de noviembre, coincidiendo con la festividad de Todos los Santos, María Ángeles y su familia volvían puntuales a su cita con la historia. Este año, la lluvia obligó a refugiarse bajo techo en el acceso al cementerio municipal, pero ni el mal tiempo pudo apagar el fuego de la tradición. Allí, como cada año, peñarandinos y visitantes se acercaron a comprar un cucurucho de castañas, compartiendo recuerdos, anécdotas y una sonrisa cálida en un día tan señalado.

“Yo creo que la tradición de los y las castañeras puede perdurar y continuar a lo largo de los años”, explicaba María Ángeles a este medio, mientras remueve las castañas en la sartén. “Nosotros tenemos otra generación, que ya está dispuesta a continuar con ello. En mi casa, mis nietos y mis hijas se llevan una sartén cada vez que vienen”, comenta con orgullo.

En la Plaza de España, donde también se pueden encontrar antes y después del Día de Todos los Santos, los Fernández continúan asando castañas con el mismo mimo que antaño. Gracias a su esfuerzo, Peñaranda sigue respirando ese ambiente cálido y familiar que convierte cada noviembre en una cita con las raíces y la memoria compartida, algo que puede encontrarse bajo los soportales del ágora hasta finalizar la campaña.