Jotas, fervor y tradición para vivir la esperada procesión del Cristo de Hornillos en Arabayona
La lluvia dio una tregua y permitió que cientos de vecinos acompañaran un año más a las imágenes del Cristo y la Virgen por las calles del pueblo
Arabayona de Mógica volvió a vivir este domingo una de sus tradiciones más queridas: la procesión del Cristo de Hornillos, una cita que cada año congrega a una auténtica marea humana en torno a la devoción por el crucificado. El respiro que dio la lluvia permitió que numerosos vecinos de Arabayona y de toda la comarca se acercaran hasta la ermita para participar en la jornada festiva.
La celebración comenzó con la eucaristía, oficiada a las doce y media del mediodía en la Ermita del Cristo, donde la emoción y el fervor se palpaban entre los asistentes. Tras la misa, las imágenes del Cristo de Hornillos y de la Virgen salieron en procesión, llevadas en andas por los arabayonenses al son de la música tradicional y acompañados por vecinos de toda la comarca y autoridades de municipios de Las Villas.
Durante el recorrido, desde la explanada del templo hasta el regreso de la comitiva, se realizaron varias paradas para cumplir con uno de los rituales más entrañables: el izado de los niños hasta la base del manto de la Virgen y los pies del crucificado, un gesto con el que las familias piden la protección divina para los pequeños.
El ambiente festivo estuvo acompañado en todo momento por jotas y charradas, interpretadas por los dulzaineros, quienes pusieron ritmo y color a esta procesión tan arraigada. De principio a fin, Arabayona se volcó con su Cristo de Hornillos, manteniendo viva una tradición que sigue reuniendo fe, música y sentimiento popular generación tras generación, siendo el eje de unas intensas jornadas festivas.
