La eficacia se evidencia en los detalles

^{Cuando se quiere se buscan soluciones para algunas cosas.}

Ya que estamos con señales confusas o innecesarias, es buena idea llamar la atención sobre cosas presentes en nuestras calles de utilidad discutible u olvidos problemáticos. Cuando en el pasado al intervenir en ellas se han dejado tantas cosas al margen, no es posible resolverlas todas de golpe al cambiar las percepciones buscando mejorar la calidad de vida. Por supuesto es inevitable un periodo transitorio y se ha avanzado mucho, pero es preocupante permitir errores incluso en nuevas acciones mientras se presume de diligencia y progreso. En especial con la delicada accesibilidad.

^{No es una acera muy transitada, pero ha habido tiempo para corregirlo.}

Que en actuaciones ochenteras a alguien se le olvide marcar en el suelo un obstáculo para invidentes en la mitad de la acera no es raro, pero sí cuando además de declarar sensibilidad las normas ya existen. En la reciente obra de la Carretera de Ledesma florecen varios casos llamativos. Hay escaleras sobresaliendo de la línea de fachadas, algún armario casi en la mitad de la acera o cierto desnivel con barandilla sin aviso, por poner algunos ejemplos. La intervención ha sido muy interesante, caso del ensanche de aceras o la incorporación de vegetación, convirtiendo los olvidos en incomprensibles.

^{La nueva Carretera de Ledesma acumula algunos incompresibles olvidos.}

Los demasiado numerosos carriles bicis hurtando espacio en aceras no es raro dificulten su funcionalidad peatonal. Ciertamente también existen sobre bandas de aparcamiento, pero raramente se reduce el ancho de los carriles de circulación de vehículos. En los cruces se suelen vivir situaciones confusas, como bicis que de pronto suben a la acera y comprometen el paso de peatones, o promueven el contorsionismo ciclista con curvas de 90 grados. Sin olvidar aceras todavía demasiado estrechas, en el centro Crespo Rascón es un buen ejemplo, con casos extremos en algunos barrios.

El transporte publico es sin duda la “niña mimada” (de palabra claro) municipal. Ahora inmersa en un programa de supuesta mejora de la accesibilidad en paradas. Obviando mi mantra de detenerse en el carril de circulación y evitar andenes al margen, no es difícil encontrar situaciones que se pudren en el tiempo. Las aceras de la Avenida de Mirat hace años piden su actualización, existiendo paradas encima de anulados pasos de peatones con rampas a cota cero. Por no aludir a la acumulación de obstáculos en forma de señales y árboles, no se conviertan estos en la “solución”.

^{Junto a la marquesina se evidencia la inutilizada rampa del desparecido paso de peatones. Tambien resulta complicado encajar la puerta para sillas de ruedas o de bebes.}

También tenemos los cambios de uso de locales o parte de la calle donde se obvia corregir el pasado. Hay señales olvidadas que podrían ser más útiles en otros destinos, si bien su impacto no es importante. En otras pueden ser asumible sus inconvenientes mientras cumple una función, como el vado de garaje adoquinado incómodo para una silla de ruedas, volviéndose incomprensible mantener esa situación cuando ya no sirven. Una mayor diligencia administrativa municipal teniéndolos presentes en la tramitación de los cambios podría corregirlos.

En seguridad alguna vez he recordado la mayor sensación de peligrosidad del espacio público en horas de oscuridad para la mitad de la población. A veces debido a la mala distribución de las farolas, entiendo que buscando un ahorro económico al ser colocadas de nuevas. Contrastando con la lenta pero paulatina iluminación especifica de pasos de peatones, por ejemplo. Un estudio minucioso junto a la experiencia seguramente evitaría esas situaciones, compensables económicamente evitando despilfarros inútiles en otras cosas (como Fundaciones opacas).

En definitiva, llamo la atención sobre detalles disonantes en un conjunto razonablemente positivo, pero obviamente mejorable. Sigo insistiendo en la necesidad de actualizar el Plan de Movilidad de 2012, incluyendo una mayor atención sobre estas “minucias”. Tampoco estaría mal elevar la calidad del debate sobre movilidad, lo observado en el último pleno municipal no es precisamente edificante. Preocupa que la mayor racionalidad, fascinación tecnológica aparte, estuviera en la extrema derecha. A pesar de todo avanzamos, con trompicones, mejor con colaboración ciudadana.