Pedro Adolfo Morales, el salmantino con 12 títulos que ya está cursando su octava carrera

En un mundo que a menudo premia la especialización extrema, la historia del salmantino Pedro Adolfo Morales Vera emerge como un faro de curiosidad insaciable y amor por el conocimiento integral. No colecciona objetos, sino títulos académicos: 12 en total, y no tiene intención de detenerse. Su trayectoria es un testimonio de que aprender, más que un medio para un fin, puede ser el fin en sí mismo.

Lejos de ser una mera acumulación de diplomas, para Pedro Adolfo cada título es una pieza de un complejo rompecabezas. "No es algo por acumular, es como para integrar", explica en una entrevista con Salamanca RTV al día. Su objetivo es forjar una "visión única del mundo" a través de la conexión de distintas disciplinas. Esta búsqueda del saber no responde a una obligación, sino a una profunda "motivación intelectual" y a una devoción genuina. "Es una forma de enriquecerme y me gusta", confiesa.

Un currículum que desafía los límites

El listado de sus titulaciones es tan extenso como variado, construido a partir de los 30 años, aunque principalmente de los 40, y con un impulso definitivo en la última década. Este impresionante bagaje académico demuestra una capacidad multidisciplinar poco común.

Titulaciones Universitarias

• Grado en Derecho
• Grado en Ciencias Políticas y Administración Pública
• Grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE)
• Grado en Criminología
• Grado en Historia del Arte
• Grado en Información y Documentación
• Diplomatura en Ciencias Empresariales
• Máster Universitario en Antropología de Iberoamérica
• Máster en Acceso a la Abogacía

Ciclos Formativos de Grado Superior

• Técnico Superior en Imagen y Sonido
• Técnico Superior en Comercio Exterior
• Técnico Superior en Administración y Finanzas

Título Profesional: Examen y Título de Abogado

Las Humanidades como "el cemento" del conocimiento

Actualmente, su sed de conocimiento lo ha llevado a cursar su octava carrera, Humanidades, un grado que considera fundamental para dar cohesión a su formación. "Yo utilizo la metáfora que es como el cemento, que es la pieza que unifica todo el puzzle de todos los estudios que he ido realizando", detalla.

Para él, las Humanidades, con su carga de filosofía y ética, son la base donde "la ley, la política, el arte y la economía, pues, dialogan y se cuestionan entre sí". No es una carrera más, sino el pilar sobre el que se asienta todo su edificio intelectual.

Un doctorado para comprender el presente

Aunque la pasión es su principal motor, algunas de sus decisiones académicas han tenido un origen muy práctico. Su interés por el Derecho, por ejemplo, nació de experiencias personales complicadas en Venezuela, país del que también tiene nacionalidad -su padre es venezolano y su madre salmantina-. "En cuanto te ven en español, te ven como cara de euro. Entonces, te van a robar, te van a extorsionar", relata. Esta vivencia lo impulsó a estudiar leyes: "Una de las motivaciones por las que me dio por estudiar Derecho, digo, pues ahora mira, por lo menos voy a saber un poco de leyes".

Todo este bagaje converge ahora en su proyecto más ambicioso: un doctorado en Historia Contemporánea sobre la simbología de la Guerra Civil española. Como coleccionista de sellos desde niño, utiliza la filatelia para analizar la iconografía del conflicto. Investiga, por ejemplo, cómo la empresa Hijos de Fournier -famosa por sus barajas de cartas- fue la encargada de imprimir en Burgos los sellos para el bando franquista, utilizando figuras como Isabel la Católica o el Cid para construir su narrativa. Su análisis abarca desde la censura militar en la correspondencia hasta el papel de las 'madrinas de guerra'. Este estudio no es solo académico, sino "una forma de comprender el mundo actual también", analizando los mecanismos de poder autoritarios.

El estudiante perpetuo de Salamanca

Pedro Adolfo compagina su intensa vida académica con la gestión de un negocio familiar, lo que le proporciona la flexibilidad necesaria. Sin embargo, su camino no ha estado exento de obstáculos, como los desafíos de las convalidaciones. "Me ha tocado hacer algunas asignaturas otra vez", explica.

Su humildad, sin embargo, crece en paralelo a su currículum. "Cuanto más estudia uno, te voy a decir la verdad, más ignorante se siente", afirma con rotundidad, consciente de todo lo que le queda por aprender.

Aunque es consciente de que no ostenta el récord nacional -un madrileño acumula trece carreras, dos doctorados y tres postgrados-, Pedro Adolfo asume con humor su posible segundo puesto en España. Con lo que sí cuenta es con ser, con toda probabilidad, "el que más carreras tiene en Salamanca". Pero la competición no es su meta. Su horizonte es seguir aprendiendo, quizás con un futuro grado en Filosofía. Como él mismo concluye, el estudio es, ante todo, una herramienta de superación: "Yo seguiré estudiando. Es una cosa que enriquece, es crecimiento personal de uno mismo".