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Espeja despide San Lino con devoción y solemnidad en su último día festivo
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Comarca de Ciudad Rodrigo | Fiestas

Espeja despide San Lino con devoción y solemnidad en su último día festivo

Actualizado 23/09/2025 17:45

La localidad lleva en fiestas desde el pasado sábado con una apretada agenda de actividades

La villa de Espeja bajó el telón de sus fiestas patronales en honor a San Lino, aquel primer sucesor de San Pedro en la sede romana, que la tradición venera desde el siglo I como testimonio de fe y perseverancia. Fue un final solemne y entrañable, digno colofón a unos días intensos que han tejido, como cada año, el hilo invisible entre la memoria colectiva y la celebración compartida.

La jornada comenzó bajo las bóvedas de la iglesia parroquial advocada a Santiago Apóstol, donde se ofició la misa mayor en honor al Patrón. Presidió la ceremonia el párroco Carlos Norberto, recientemente designado por el Obispo civitatense José Luis Retana como responsable de varias parroquias del Argañán. La liturgia, acompañada por otros sacerdotes del arciprestazgo, envolvió el templo de un aire solemne que parecía expandirse más allá de los muros.

A continuación, la imagen de San Lino recorrió en procesión las calles próximas al templo, custodiada por la devoción de los vecinos y el respeto de las autoridades presentes. Entre ellas se encontraban Marcos Iglesias y Gerardo Marcos en representación comarcal junto a la corporación municipal de Espeja, encabezada por su alcalde, Aarón Iglesias y, varios de sus homólogos de localidades cercanas y de la comarca mirobrigense, seguido de un buen número de fieles devotos. Fue un momento en el que lo religioso y lo civil, lo espiritual y lo comunitario, confluyeron en un mismo paso acompasado.

La tradición prosiguió a las puertas de la iglesia con el ofertorio y la simbólica subasta de dos roscones, preludio de la animación popular. El aire festivo se adueñó entonces de la plaza gracias a la charanga mirobrigense “Alrojo”, que con sus sones populares alargó la alegría desde la mañana hasta bien entrada la sobremesa. El convivio continuó en el Centro Cultural, donde vecinos y visitantes compartieron mesa y conversación en un convite ofrecido de forma dádiva por el consistorio local en un ambiente de hospitalidad que constituye uno de los rasgos más genuinos de estas celebraciones.

Con este último día se cierran unas fiestas que comenzaron el sábado con el repique de campanas y que, a lo largo de la semana, han regalado a la localidad encierros a caballo, capeas, comidas populares y noches de verbena que llenaron las calles de música y vida. San Lino vuelve a su hornacina, pero su recuerdo permanecerá como la savia que nutre cada año la identidad de Espeja: una mezcla de tradición y convivencia que convierte la devoción en una auténtica celebración comunitaria.