Lamento del hombre oprimido
Texto de Manuel Lamas y voz del vídeo de Toño Blázquez
LAMENTO DEL HOMBRE OPRIMIDO
Dónde está, Señor, mi libertad,
si me falta, ciertamente, la esperanza.
Orienta mis sentidos a la luz,
o aparta la razón, de mis entrañas.
De vida sin sabor y de simpleza,
mis horas, fugaces, van pasando.
Con la luz que apaga al viejo día,
despierta mi dolor de su letargo.
Se llama soledad, todas mis horas;
fracaso, se llama mi silencio.
Hoy mi cuerpo necesita comer y,
¿dónde están los medios?
Es injusto vivir de caridad,
si es común la riqueza bajo el cielo.
Con justicia, salvaré mi dignidad,
si sofoca la razón, tanto desprecio.
Si aún late el corazón, y queda tiempo;
si aún conserva su sentido, la palabra.
Interpelo a los hombres que gobiernan,
deposito en sus manos mi esperanza.
Aún puedo seguir algunas horas,
soportando, paciente, mi fracaso;
esperando con la luz del nuevo día,
la justicia del hombre renovado.
Pero no llaméis libertad a la miseria,
ni la riqueza se tenga por sustento.
Si el cuerpo sufre, el alma se revela,
y destruye en el instante los proyectos.
Apelo a la razón más rigurosa,
patrimonio regalado por el cielo.
Si los hombres me roban hoy la vida,
entregan la suya como precio.
Autor: Manuel Lamas Sánchez / Voz del vídeo: Toño Blázquez
