Comportamiento inhumano y cruel

Es un hecho que, en esta vida, nadie siente lo mismo, ni lo expresa de la misma manera, ni en los mismos contextos. Algunas personas expresan más de lo que en realidad sienten, mientras otras sienten más de lo que expresan. Cuando perdemos a un ser querido, nuestro mundo interior se altera y pasa de los remolinos de la cotidianidad a fuertes tsunamis emocionales: vivir cada día un tsunami, no solo por las guerras como telón de fondo, sino también con las desgracias medioambientales tal como ocurrió, con la Dana que asolo las tierras valencianas, y dejó tras de sí cerca de 300 muertos, y miles de ciudadanos lastrados, hundidos y viviendo entre la incertidumbre zozobra y muerte, algunos lo han vivido en un ahogo constante, un incesante luto, sin despedida humanizada del finado y otros en cambio con un simple aunque afectado desconcierto emocional.

Uno de los pilares de la evolución del ser humano tiene que ver con las consecuencias de nuestros actos. La adolescencia es una primavera que suele superar los avisos de la razón, no conoce aún o trata de ocultarse que los errores pueden condicionar un futuro e incluso el de otras personas cercanas “Cada quién es responsable de lo que le sucede y tiene el poder de decidir lo que quiere ser. Lo que eres hoy día es el resultado de tus actos pasados. Lo que serás mañana es el resultado de tus actos de hoy”.- Decía un líder espiritual indio-.

Se hace difícil contar el número de muertos, tan solo en la guerra más cercana como es la de Ucrania y Rusia, Hemos pasado ya, de las 60,000 que se sepa, en Gaza e Israel, aunque habría en ambas que remover los escombros, al igual que en Siria para saber hasta donde llega la cantidad de personas que han muerto en el mundo de la injusticia y la guerra, desde que termino la epidemia del coronavirus.

Donde se nos descubre cada día un panorama dantesco, cruel y desgarrador en la Palestina ocupada donde a mayores de los misiles, el hambre azota los sitiados en una franja de terreno escaso, donde el crematorio se ubica en la misma calle, Y donde en cada tienda o choza aparecen en sus camastros, los niños escuálidos, marcando todo su esqueleto, y cuando miran, parecen implorar su muerte, por el sufrimiento a que están siendo sometidos, una crueldad, que nos obliga a bajar la cabeza: Alguien puede argumentar, puede justificar, y sin duda preguntarse ¿Qué clase de guerra es esa?, de que pasta estamos hechos, para soportar y acostumbrarnos, sin casi inmutarnos, como si fuera un acontecimiento cualquiera, algo que resulta insoportable poder asumir; -yo no sé ustedes, a servidor le resulta vergonzoso, y me pregunto, si realmente somos humanos, o bestias acomodadas incapaces de sentir ni tan siquiera una brizna de consuelo, de bondad y de tristeza.- Pasaremos a la historia, por haber consentido esta crueldad, esta deshumanización y esta falta de responsabilidad, donde se incluyen toda esta manada de gobernantes poderosos y “valientes”, que dan verdadero asco, oírles y verlos pavoneándose por todos los foros, divulgando mentiras, sembrando odio, gobernantes mercantiles, que usan la muerte para llenar sus valijas… Y lo que es peor, tiene por cómplice a una masa llena de perjuicios, embotada y manipulada en el miedo, en la incertidumbre y en la ceguera critica, ciertamente esto nos retrotrae a siglos pasados donde los carretones iban llenos de seres humanos, que habían contraído, pestes, pandemias y mortales enfermedades, hoy cargan a quienes matan de hambre, o no escapan a los misiles y bombas que descargan sobre ellos, ¡y aun nos parece mal que escapen de esa masacre, de esa crueldad, de querer sobrevivir!. Hay cosas que hoy creíamos desterradas de esta civilización, y, sin embargo: En un mundo tan vertiginoso, podemos parar un instante para reflexionar sobre esas cifras y lo que significan… O podemos mirar hacia otro lado… Da lo mismo, el odio ya esta instalado en nuestro ADN…- veremos cómo se combate esta sinrazón. -

Fermín González salamancartvaldia.es blog taurinerías