San Cristóbal realiza en una nueva montura su recorrido motorizado por las calles de Miróbriga
Recibieron la bendición un total de 38 coches, una moto, una bici y una silla de ruedas
La Parroquia de San Cristóbal de Ciudad Rodrigo festejó en la mañana del domingo al santo que le da nombre, que apareció en el calendario litúrgico el pasado jueves. Como es tradición, esta conmemoración se centró en el papel de San Cristóbal como patrón de los conductores y transportistas, que de hecho se remarca cada año con la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico que promueve la Conferencia Episcopal Española el primer domingo de julio.
La celebración en la Parroquia de San Cristóbal comenzó con la eucaristía dominical (media hora antes de lo habitual), que fue presidida por el párroco Rafael Caño con la compañía de Joaquín Galán y de un monaguillo. A su finalización, llegó el esperado momento de llevar a cabo la clásica procesión motorizada por las calles de Ciudad Rodrigo, a la que se pueden sumar todos los vehículos que quieran.
Esta procesión tuvo como principal novedad que la imagen de San Cristóbal fue en un vehículo diferente al que lo venía haciendo, perteneciente además a una familia distinta a la se ha encargado de portar al santo en su baca durante los últimos 35 años, encabezada por José Lobato y Magdalena. Según explicó el párroco Rafael Caño, estas dos personas han estado en el Hospital durante los últimos meses, y aunque ya están fuera del mismo, no han podido ser partícipes de la celebración, dándoles públicamente las gracias por estas tres décadas y media de colaboración.
Aunque portaba al Santo por primera vez, el vehículo en el que fue San Cristóbal no es nuevo, a diferencia del que iba por delante suyo: el nuevo vehículo de la Policía Local de Ciudad Rodrigo, que encabezó la comitiva procesional. Como es habitual, el tríptico de vehículos de cabeza se completó con el jeep conducido por Joaquín Sánchez ‘Tato Galerías’, en el que marcharon Rafael Caño y Joaquín Galán.
La procesión realizó el recorrido habitual, por Paseo de Carmelitas, Hermanos García Carraffa, calle Santa Clara, rodeo a las Tres Columnas, calle Santa Clara, zona del Árbol Gordo (donde había bastantes personas reunidas producto de la concentración en recuerdo de David Lafoz), Avenida de Béjar, Virgen de la Peña de Francia, Paseo de Carmelitas y calle San Cristóbal.
Una vez a las puertas del templo, Rafael Caño se bajó del jeep en el que procesionó para coger el agua bendita y empezar a rociar a todos los vehículos que fueron pasando delante suyo, que fueron un total de 38 coches (entre ellos un 600), una moto y una bici, que no había procesionado (le coincidió pasar por allí en esos momentos), al igual que una persona en silla de ruedas, que también quiso ser bendecida. Tras ser rociados, los vehículos fueron abandonando la zona por la calle Voladero.
