La celebración de San Gregorio congrega a los lumbralenses en Las Viñas
La fiesta campestre incluyó la bendición de los viñedos y la merienda que reunió a familias y amigos en el entorno de la ermita del Santo
A pesar de la desapacible tarde, con fuerte viento y frío, los vecinos de Lumbrales han vuelto a ser fieles a su cita con San Gregorio la tarde del 9 de mayo, una entrañable jornada campestre que desde hace años reune a los residentes habituales de la localidad en el entorno de la ermita del santo patrón de los viñedos. Familias al completo, grupos de amigos, mayores, jóvenes y niños participaron en los actos religiosos y la merienda campestre, acompañados con la música de charanga.
La fiesta se inició a media tarde con una misa, oficiada por Andres García y Antonio Risueño, párrocos insolidum del Abandego, en la pequeña ermita del santo, ubicada en el corazón del paraje de Las Viñas. A continuación la pequeña imagen del santo fue sacada en procesión por niñas y niños que, por primera vez en sus vidas, han llevado la imagen del Santo, mostrando su ilusión por participar en la tradicional celebración.
En la parte posterior del tempo se procedió a la bendición de los viñedos, con la petición de una buena cosecha para este año.
Finalizados los actos religiosos llegó la hora de la merienda, animada por la charanga El Tinglao, contratada por el Ayuntamiento de la villa, que también ofreció sangría a los asistentes.
En el entorno de la ermita, en las mesas del merendero anejo y en fincas particulares del entorno los asistentes disfrutaron de la merienda a base de hornazo, embutidos, quesos, asados, dulces, .... regados con la sangría, refrescos y, cómo no, con los vinos de las cosechas particulares de las pocas viñas que aún se cultivan en la zona.
La romería que cada 9 de mayo se realiza en Lumbrales a la ermita de San Gregorio se basa en una antigua tradición recuperada hace más de treinta años. Ya apenas quedan viñas que bendecir y poco vino de la tierra con el que convidar en las más de 700 hectáreas de viñedos que en su día producían fructíferas cosechas de buen vino. Pero la celebración sigue siendo una excelente escusa perfectamente válida para salir a merendar al campo un día de primavera
