Los Amigos del Alguacilillo se citan bajo el aguacero para el Carnaval 2026

Como cada sobremesa carnavalera, la Asociación de Amigos del Alguacilillo de Ciudad Rodrigo llevó a cabo en la tarde del Martes su tradicional reunión en las antiguas cocheras de Alipio de la Rúa del Sol, para tomar unas perronillas con aguardiente antes de partir hacia la Plaza Mayor acompañando a la alguacililla del Carnaval, Patricia Zamarreño Martín, a lomos de la yegua Morenita.

Este encuentro de la tarde del Martes comenzó dentro del recinto de las antiguas cocheras al aire libre, pero en el transcurso del mismo comenzó a llover (asimismo se pudo escuchar al menos un trueno), teniendo que situarse a cubierto. El problema fue que justo en el momento en que tenían que partir hacia la Plaza se puso a llover con virulencia, llegando a caer hasta granizo.

Pese al tremendo aguacero, los Amigos del Alguacilillo se detuvieron a las puertas de la Iglesia de San Agustín para rezar la oración con la que le piden protección al Santo de cara a la cita taurina que iba a tener lugar justo a continuación en el ágora. Tanto en el encuentro en las antiguas cocheras de Alipio como en éste a las puertas de San Agustín, los Amigos del Alguacilillo quedaron citados a reencontrarse con motivo del Carnaval del Toro 2026.

Como cada tarde, los Amigos del Alguacilillo llegaron al ágora por la calle San Juan, pero en ese momento tuvieron que hacer un impas ante la que estaba cayendo, marchándose incluso Patricia Zamarreño, Morenita, y el dueño de ésta, César Vegas, a ponerse a cubierto a los soportales de la Plazuela Cristóbal de Castillejo, siendo avisados cuando el Festival ya se dispuso a comenzar.

Por suerte, esa nube cesó ‘enseguida’, dando paso incluso de forma instantánea al sol, con el que se desarrolló el paseíllo, el lanzamiento de la llave de los toriles por parte del presidente (que de nuevo cogió Patricia Zamarreño), y el inicio del Festival. Sin embargo, pronto apareció otra nube que volvió a dejar otro tremendo aguacero, tras el cual estuvo lloviendo de forma persistente durante un buen rato más, incluso con el sol ya en el cielo.