Los comerciantes del Mercado de Abastos fueron los que llamaron a la Policía Local para que denunciaran coches mal aparcados
Los agentes policiales tuvieron que soportar voces y protestas al percatarse los denunciantes como multaban sus propios vehículos.
Como un buen carnaval no puede estar exento de polémica, este 2025 ya lleva dos, en la que comerciantes y empresarios están involucrados. Como siempre, todo se soluciona por la divina gracia de la magia del Carnaval. De estas cosas suelen salir Coplas callejeras que cuentan los chascarrillos que la Rondalla Tres Columnas se encargarán de pregonar. Este caso que le vamos a contar es digno de ello por su curiosidad.
En el día de ayer comerciantes del Mercado de Abasto de Ciudad Rodrigo se pusieron en contacto con este medio de comunicación ante la indignación al sufrir multas de aparcamiento por parte de la Policía Local en la esplanada donde se ubican estos días las ferias.
Se trata de una vieja lucha que tienen los comerciantes con la concejalía de movilidad y Policía Local, que, llegando estas fechas, los comerciantes ven como se les invade por parte de los feriantes el aparcamiento tanto para ellos como para sus clientes. Razón tienen los comerciantes, según ellos, pierden ventas estos días al no poder aparcar sus clientes para hacer las compras ante la dificultad de llegar con vehículo al aparcamiento del mercado.
Como decimos, los gerentes de negocios llamaron a Ciudad Rodrigo Al Día, medio de comunicación muy sensible con la problemática del motor económico de esta ciudad, para hacer su queja pública y presión para que les dejen trabajar.
Lo curioso de este caso, es que este diario ha podido saber que fueron los propios comerciantes los que llamaron a la Policía Local identificándose como afectados para denunciar que había vehículos mal aparcados y no podían trabajar en las tareas de carga y descarga. Inmediatamente, la llamada a la Policía Local; que estos días levanta la mano en esa zona, siendo consciente de la problemática, tuvo que personarse en el lugar y multar a los vehículos que incumplían la señalización o estorbaban.
La sorpresa fue que los agentes comprobaban que los propios denunciantes estaban mal aparcados, bien con sus vehículos particulares o empresariales, pudiendo haber algún cliente que estuviera haciendo la compra y no aparcara bien.
Efectuando su trabajo los agentes policiales comenzaron a recibir voces y protestas por parte de los comerciantes al comprobar que eran ellos mismos y su clientela los que estaban siendo multados.