Cuando juega Charly… siempre pasa algo

Hace 13 años que Carlos de la Nava debutó con la extinta UD Salamanca; poco queda ya de su cara de niño, su cuerpo flacucho y la inocencia propia de un chico de 18 años que apuntaba maneras… ¡vaya si apuntaba!

Durante este periodo de tiempo, la evolución en su juego ha sido abismal, pero siempre sin perder la esencia de lo que le ha hecho estar donde está, tras haber alcanzado ya una madurez en su juego que le permite conocer más aún las necesidades del equipo en cada momento.

Y no, Carlos de la Nava no es un goleador, no es un delantero y no es un rematador, aunque también sepa hacerlo a la perfección, como ya ha demostrado muchas veces, la última ante el Celta B. El que exige a De la Nava que marque 15 goles por temporada, poco o nada sabe del mundo del fútbol y quien le critique su falta de gol es que no ha entendido de qué va este deporte.

El jugador salmantino ha tenido experiencias deportivas fuera de esta tierra, pero donde ha dado su mejor versión es en Salamanca, y más en concreto en Unionistas, club que parece que hay sido hecho a su justa medida. Sería imposible entender la historia de este club sin la figura de Carlos de la Nava; por todo.

Decir que Carlos es Unionistas no es mentir, es extrapolar lo que significa el club en una persona (sí, antes es persona que futbolista), siempre dispuesto a poner el yo al servicio del nosotros.

En muchas ocasiones, todos esos que saben mucho de fútbol de grada han criticado el juego de Carlos de la Nava, sin darse cuenta de todo lo que aporta al equipo, muchas veces en acciones feas que pasan desapercibidas para muchos, pero que dan la posibilidad de que algo pase después; y ese algo es la esencia del fútbol.

Juego de espaldas, aguantar el balón, bajar a recibir la pelota para dar salida al equipo, atraer contrarios, generar espacios y también llevarse alguna tarascada que otra siempre para buscar ventajas para sus compañeros… Y, aunque no sea su función principal, también tiene gol, remate y la calidad necesaria para saber resolver acciones dentro del área.

EL MVP

Ya lo dijo Dani Llácer tras el partido ante el Celta B y no solo por sus dos goles anotados; lo de Carlos es… es fútbol, lo que le ha valido, además, para ser el MVP de la Jornada 20 en Primera RFEF.

Atacante con esencia de centrocampista, De la Nava ya no tiene cara de niño, ha perdido esa inocencia que te quitan los años en el fútbol y se ha convertido en un jugador físicamente muy diferente al que era cuando empezó. Todo ello para adaptarse al fútbol donde la calidad y el físico van de la mano.

Eso sí, hace falta correr 10 kilómetros por partido para salir en las estadísticas ni alcanzar una velocidad máxima de 35 km/h para ser el más rápido del juego; el fútbol consiste en pensar con la cabeza y ejecutar con los pies. Y en eso, Carlos de la Nava va más que sobrado.

Ya saben, cuando juega Charly siempre pasa algo.