“Necesitamos más apoyo”: el grito de auxilio del Comedor de los Pobres de Salamanca

El Comedor de los Pobres de Salamanca sigue en su lucha diaria y constante de ayudar a los más necesitados. La situación actual del comedor ha cambiado y, lamentablemente, no para mejor. “Hemos notado un aumento significativo en el número de personas que atendemos, pero las ayudas han disminuido considerablemente”, explica Queti Luciano, fundadora del comedor.

Factores como la guerra, la crisis económica y el aumento de precios han complicado mucho la llegada de recursos. “Esto ha hecho que sea más difícil cubrir las necesidades de las personas, especialmente de aquellos que están atravesando tiempos más difíciles”, afirma.

Para hacer frente a esta situación,“colocamos carteles en la puerta del comedor para informar a la gente sobre los productos que más necesitamos. Por ejemplo, en algunas ocasiones solicitamos alimentos específicos, como huevos, o cualquier otro artículo urgente. Las personas que se acercan al comedor lo hacen con la esperanza de que la situación mejore, pero, por ahora, las cosas siguen siendo complicadas. En cuanto a las ayudas, es muy difícil que lleguen de la forma que necesitamos”.

Además de las ayudas económicas, también tenemos hay rastrillo que comenzó con muy pocos objetos y ahora ya cuenta con una gran variedad.”Este rastrillo se ha convertido en una fuente adicional de apoyo para el comedor. La gente que quiere colaborar puede adquirir productos de segunda mano, lo cual nos ayuda a seguir ofreciendo recursos a quienes más lo necesitan”. Está ubicado en la sede del Comedor, en el Paseo de la Estación 61.

En cuanto al día a día del comedor, actualmente atienden a unas 52 personas cada día. “Muchas de ellas no tienen hogar o no tienen la posibilidad de cocinar en sus casas. Para aquellas personas que no pueden ingresar al comedor debido a la falta de espacio, les damos algo para llevar, como bocadillos, fruta o pasteles, según lo que tengamos disponible. Aunque el comedor está desbordado, intentamos hacer lo mejor posible para no dejar a nadie sin ayuda”, asegura Queti.

Una de las principales necesidades en este momento son los voluntarios. “Sin su ayuda, no podríamos seguir funcionando”. Afortunadamente, hemos tenido la suerte de que algunas personas jóvenes se han unido al equipo, lo cual es una gran alegría, ya que la mayoría de nuestros voluntarios son personas mayores. Es esencial que cada vez más personas, sin importar su edad, se sumen a esta labor para poder atender la creciente demanda.

“Necesitamos más apoyo, ya sea mediante donaciones económicas, aportaciones en especie, o sumándose como voluntarios. Cualquier gesto, por pequeño que sea, hace una gran diferencia. Agradecemos profundamente la colaboración de todos y todas, ya que juntos podemos seguir ayudando a quienes más lo necesitan en estos tiempos tan difíciles”, concluye Queti.