Una Copa y 45 minutos para volver a ser Unionistas

Sigo manteniendo, como cada semana, que Unionistas debe luchar por meterse en el play off de ascenso a Segunda División esta temporada. No sé si es el objetivo del club y de la afición, pero sí el que bajo mi visión de lo que es el fútbol debe lograr el equipo de Dani Llácer.

No sé si por ambición, por ilusión o porque después de una buena gestión dentro y fuera de campo durante tantos años, considero que lo merece; y, evidentemente, no es una tarea fácil, sencilla y que se logre de la noche a la mañana.

Unionistas no ha empezado esta temporada de la mejor manera posible, sin ser un equipo regular y seguro atrás, despertando ciertas dudas en muchos momentos con el marcador favorable, y sin ser ese equipo fiable de temporadas atrás. Eso sí, en su haber, está el hecho de ser el equipo más goleador del Grupo I de Primera RFEF, compartiendo privilegio con el líder (CyD Leonesa), el Barakaldo y el Zamora, con 17 tantos. Un punto muy a favor.

Ahora, y tras las victorias en Copa y la última en Liga en el Reina Sofía, el vaso ya se ve medio lleno; pero, lo que es más importante, las sensaciones han cambiado.

El idilio de Unionistas con la Copa del Rey es conocido y especial, no hace falta recordarlo. Y la primera ronda del torneo del ‘KO’ dejó muy claro que este equipo quiere llegar lo más lejos posible (de nuevo) en una competición fetiche y que tantos buenos momentos le ha dado a club, afición y ciudad.

El serio, contundente y autoritario 0-4 logrado ante el Utebo de Segunda RFEF fuera de Salamanca trajo un aire de optimismo, de paz y de tranquilidad a las filas unionistas después de varios resultados complicados, que generaron dudas en el equipo; el menos dentro del terreno de juego. El sueño y la ilusión de la Copa siempre tienen un efecto positivo para un equipo que… ¿por qué no puede lograr hacer algo grande?

Pero, después del oasis de la competición del ‘KO’, Unionistas tenía que volver a la realidad de la Liga, esa que marca su devenir y su futuro y que da la opción de poder lograr objetivos muy interesantes para la entidad. Y, precisamente, el inicio de partido contra el Real Unión dejó bastante que desear.

En el minuto 5, Unionistas ya perdía 0-1 tras un error de Iván Martínez, que no debe empañar (ni mucho menos) su buena temporada; pero, más allá de eso, las sensaciones, el juego y la intensidad del equipo no eran las idóneas para un partido de este calibre… e incluso la grada se lo hizo saber al equipo con un leve sonido de viento.

Logró Unionistas empatar antes del descanso gracias a un imperial Ramiro Mayor, pero tras unos primeros 45 minutos que dejaron mucho, mucho que desear… llegó la otra mitad y allí Unionistas encontró puro ‘rock and roll’.

Tras pasar por los vestuarios, Dani Llácer (en una valiente apuesta) dejó fuera a Raúl Tavares para meter a Rastrojo y darle una vuelta de tuerca al equipo. Rabadán hacía las labores de mediocentro, con Álvaro Gómez jugando por dentro para darle al equipo mucha más altura, lanzar la presión y dificultar la salida de pelota del rival. Todo ello, con Rastrojo y Pau abriendo mucho más el campo, y generando numerosos problemas al Real Unión tanto por zonas interiores como exteriores.

En defensa, los centrocampistas salmantinos ya no se hundían hasta zona de centrales como en la primera parte, lo que llevó al Real Unión a encontrar mucha menos facilidad para plantarse en área rival y generar opciones de claro peligro; y, claro está, todo cambió. Un excelso Rabadán y dos goles de Dani García (uno desde los 11 metros) le dieron a Unionistas una victoria más cómoda de lo que parecía en el inicio del choque, tras unos segundos 45 minutos de buen fútbol, presión y mejor trato de la pelota.

Ojalá que la primera Copa y los 45 minutos ante el Real Unión sean el punto de inflexión para el Unionistas que todos queremos ver. ¿Invita al optimismo?

Chema Díez