El organista y sacristán de Lumbrales, Ángel Miguel, recibe un homenaje como 'Guardián de melodías'
La violinista Elsa Ferrer y el organista Canco López ofrecieron un gran concierto de música barroca, actuación del programa provincial 'Los Sonidos Centenarios'
El lumbralense Ángel Miguel García, sacristán y organista de la parroquia de Lumbrales desde hace más de 60 años, recibió ayer un homenaje como reconocimiento a su labor como 'Guardián de melodías'. Ese es el título del audiovisual que se proyectó en la iglesia parroquial de Lumbrales antes del concierto de violín y órgano que ofrecieron la violinista Elsa Ferrer y el organista Canco López, actuación programada dentro del IV Ciclo internacional de órgano de la provincia de Salamanca.
Samuel Maillo, coordinador del ciclo de música de órgan, presentó el acto de homenaje que se abrió con la proyección del audiovisual, que recoge la trayectoria vital de Ángel Miguel García por estar inseparablemente unida a las celebraciones religiosas de Lumbrales, comenzando como monaguillo en sus primeros años de vida y orientando su formación musical para hacerse cargo en su madurez como organista y sacristán de la parroquia. Ángel Miguel, -Geli, para todos los vecinos de Lumbrales- también es director del coro parroquial y del Coro Popular de Lumbrales.
Geli agradeció el homenaje "que el Instituto de las identidades de la Diputación, el Ayuntamiento de Lumbrales y la parroquia han querido darme, muchas gracias por este bonito recuerdo para mí, que ha sido una sorpresa y que agradezco de todo corazón". El homenajeado hizo un recorrido por su vida, desde su nacimiento en Lumbrales hace 79 años "he vivido junto a la iglesia y sigo en la sombra de ella, fui monaguillo desde los 9 años, en 1.966 empecé a amenizar las misas dominicales con canto y acompañamiento musical (el organo histórico de la iglesia parroquial, en las últimas décadas), sigo hasta la fecha de hoy y si Dios lo quiere y me de salud, pueda seguir con esta tarea".
La tarea, la labor desinteresada de Geli con sus vecinos, fue reconocida por el alcalde de Lumbrales, Manuel Santos, que resaltó lo merecido del homenajes y agradeció al homenajeado "su colaboracion también con el pueblo". Por su parte el párroco, Andrés García manifestó el agradecimiento de los parroquianos: "Desde la parroquia nos sentimos grandemente satisfechos y agradecidos a estas instituciones provinciales por ese reconocimiento que hacen a nuestro Geli sacristián. La parroquia, y el pueblo mismo, principalmente la parroquia tenemos en él un colaborador excepcional, por eso nos sentimos altamente satisfechos".
El homenaje al sacristán y organista de Lumbrales ha sido organizado por el Instituto de las Identidades y el área de cultura de la Diputación de Salamanca, a petición del Ayuntamiento de Lumbrales que acogió la iniciativa del Victor Manuel Arroyo, técnico de biblioteca y turismo. En la elaboración del audivisual también han colaborado la diócesis de Ciudad Rodrigo, la parroquia de Lumbrales, y el párroco, Andrés Celestino García, además del Ayuntamiento de Lumbrales.
Concierto de violín y órgano
Tras la proyección del audiovisual, la iglesia de Lumbrales fue escenario de un gran concierto de música barroca. La violinista Elsa Ferrer, y el gallego Canco López, organista, compositor y director de orquesta intepretaron sonatas para violín de Antonio Vivaldi (1678/1741) y de Arcángelo Corelli (1653/ 1713), dos de los grandes compositores del barroco.
Este concierto está incluido en el IV ciclo internacional de órgano de la provincia de Salamanca, 'Los Sonidos Centenarios', promovido por el área de cultura de la Diputación de Salamanca.
"Sonidos Centenarios" es una iniciativa que fusiona historia, arte, identidad y futuro, permitiendo una conexión especial con el público y convirtiendo estos órganos centenarios en un símbolo vivo de la riqueza cultural de la provincia.
Un instrumento de 1804
El órgano de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Lumbrales es uno de los pocos órganos históricos que se conservan en la provincia de Salamanca, y además en perfecto estado.
Fue construido en 1804 "con una técnica y una línea estética propia de los mejores momentos de la organería española del siglo XVIII", según afirmó en su día Miguel Ángel Avendaño Ruiz, quien se encargó de su restauración en 1987. En su interior puede leerse la siguiente inscripción: "En Madrid, por D. Tomás Risueño, Organero de las cuatro órdenes militares, siendo Beneficiado Rector de la Santa Iglesia D. Francisco Piñeiro de Lara, año de 1804".
La caja está construida siguiendo las líneas de estilo neoclásico, contrastando con el retablo mayor de la iglesia, de corte herreriano. Consta de un teclado manual de 45 notas de octava corta, con ocho registros de mano izquierda y otros tantos de mano derecha, partidos desde el DO sostenido central, y tiene 619 tubos.