Por aquellos que no tienen voz

Escribo este artículo, siendo consciente que solo aquellos que tienen o han tenido una mascota pueden saber lo que significa esto cuando ya llegan a una determinada edad.

Una mascota te da muchas satisfacciones y de sobra se sabe todo lo que aportan, aunque también te da muchos quebraderos de cabeza, especialmente cuando hay situaciones injustas, y aun sabiendo que estamos a las puertas de una ley de bienestar animal que se ha aprobado hace poco, pero que aún quedan muchos aspectos por desarrollar.

Para mí desde luego fue por desgracia, aunque algunos pensarán que por suerte tenemos un derecho de admisión, que prevalece por encima de cualquier ley, y digo por desgracia, porque durante unos días se convirtió en un quebradero de cabeza.

Nos surge un evento fuera de Salamanca y es cierto que existen guarderías de perros y dejarlo con cualquier familiar, pero cuando el perro tiene dieciséis años, y necesita medicación no es lo más adecuado. La mejor solución para nosotros era alojarnos en el mismo establecimiento de la celebración. No hubo manera. Ni explicándoles la situación, ni ofreciéndome a pagar un recargo, ni con un informe del veterinario que necesita medicación. No fue posible. El derecho admisión está por encima.

Y yo me pregunto si tenemos que ser tan restrictivos. ¿No podríamos ser un poco más permisivos si te garantizan que el perro es bueno de comportamiento y limpio? Igual ocurre cuando intentas alquilar una vivienda y tienes una mascota. Hoy en día es cierto que hay propietarios que no ponen ningún tipo impedimento, pero no es lo habitual, y a veces esa búsqueda se convierte en una pesadilla.

A todos los que tenemos mascota, la nueva ley nos pide un seguro de responsabilidad civil, una especie de ITV en el veterinario, que no es más que una revisión anual y por otro lado nos encontramos en muchas ocasiones con todo tipo de trabas e impedimentos.

Hoy en día existe una gran cantidad bares, restaurantes, y hoteles “Pet friendly”. Pero basta que tengas que desplazarte a otro lugar para no encontrar nada, o lo poco que hay fue encontrar un sitio más lejos y a las afueras de dicho evento.

Hace tiempo una influencer, manifestaba lo mismo que yo en una conocida red social. Nosotros no podemos cambiar la ley, pero tampoco creo que quedarnos callados sea la solución. Hay situaciones o excepciones donde deberíamos ser más permisivos y no tan restrictivos, y por supuesto luchar un poco más por nuestras mascotas.

Por Lucas (un west highland terrier de 16 años) y todos aquellos que no tienen voz.

Ana V.