El negacionismo es un atajo inútil para conseguir la tranquilidad

Toda la comunidad internacional estamos rodeados, de graves peligros contra la salud, el bienestar, incluso la supervivencia. No son peligros a largo plazo sino, los más graves, a medio plazo: la posibilidad de una tercera guerra mundial, el proceso avanzado de calentamiento global con frecuentes sequías y catástrofes atmosféricas, nuevas pandemias de origen desconocido( como la actual viruela del mono), son peligros con síntomas que estamos sufriendo ya en el presente.

Uno de los mecanismos más primitivos frente al miedo que provoca el peligro es la negación: la negación, bien de que tal peligro existe, bien de que existe en nosotros el miedo. El pensamiento “si no existe el peligro, no puede existir el miedo a algo inexistente” es el mecanismo más rápido, pero más ineficaz para conseguir la tranquilidad. En la infancia utilizar el mecanismo de la negación de un hecho, es mucho más normal (más apropiado al momento del desarrollo) que en la etapa adulta. El negacionismo de una parte numerosa de la humanidad de la existencia de, por ejemplo, el calentamiento global de nuestro planeta, no sirve ni para tranquilizar al individuo, temeroso en el fondo de que su negación no tenga consistencia, ni para frenar el temor generalizado tapado con una falsa tranquilidad. La negación solo sirve para debilitar los mecanismos de defensa, los individuales y los colectivos:

No es igual que el 90% de la población de la tierra sea consciente de que estamos en una crisis climatológica global, que solo lo “admita” un 60%. La fuerza para aceptar nuevas medidas de convivencia y de limitar el uso de maquinaria y energías contaminantes es mucho mayor en el primer caso que en el segundo: más países, más poblaciones, más municipios, más barrios implantarán medidas para limitar el calentamiento global si hay más gobernantes y gobernados que no se adhieran al negacionismo.

En el caso de temor al estallido de una posible III Guerra Mundial, con armas atómicas, ocurre algo muy similar: cuanta mayor población esté a favor de que las negociaciones y diálogos entre las partes en conflicto sean los modos habituales de resolver los problemas internacionales, más resistencia opondrán los gobernantes a poner en marcha la maquinaria militar. Pero para poner energía en evitar el inicio de conflictos armados no hay que caer en la tentación de ese optimismo sin datos que se parece demasiado al negacionismo. Si durante el siglo pasado la Humanidad sufrió dos gravísimas guerras mundiales, no hay ningún argumento válido que permita afirmar que en nuestro actual siglo no sucederá.

Cuando en la actualidad los noruegos han comenzado a expresar claramente el temor de que esto suceda, significa que los noruegos son los avanzados en la objetivación de este peligro número uno para toda la humanidad. No que estén más alejados de la realidad.