Lorena Benito, madre de familia numerosa: “Ahora el centro de mi vida son mis niños”

En un momento en el que el número medio de hijos por mujer en España está en 1,12, Lorena Benito duplica la cifra con tres niños. Primero llegó Mario hace 9 años, dos años después Sergio, y, finalmente, Lola, que ya ha cumplido los cuatro. Lorena recuerda que ella nunca había pensado en ser madre. Cuando sus compañeras del colegio expresaban este deseo ella se sentía ajena, pero la vida le ha llevado a formar una familia con tres criaturas. “Fue una experiencia tan bonita y la disfrutamos tanto mi marido y yo que, al final, nos juntamos con tres niños”.

Compatibilizar la vida laboral con el trabajo de cuidados no es una tarea sencilla y menos con tres niños tan pequeños y de edades tan próximas. Tras el nacimiento de Sergio llegó un momento en el que tuvieron que tomar una decisión importante para la organización de la vida familiar. El marido de Lorena pidió una reducción de jornada para poder tener las tardes libres en un país en el que más del 90% de las solicitudes por razones de cuidados son firmadas por mujeres. “Él salía muy tarde de trabajar y prácticamente no disfrutaba de los niños. Yo soy profesora en la Universidad, puedo hacer el trabajo de investigación desde casa. A la hora de reducir la jornada, hicimos cálculos teniendo en cuenta ambos sueldos y pensamos que era más factible en el trabajo de mi marido”.

El día a día de una madre de tres niños pequeños tiene pocos momentos de descanso. “Mi marido hace siempre el desayuno y yo me encargo de la ropa de los niños, sobre todo de ayudar a la pequeña a asearse y vestirse. Luego desayunamos todos juntos y mi marido se encarga de llevar a los niños al cole mientras yo voy a trabajar. Él también se ocupa de ir a buscarlos después del comedor, así que tengo un poco más de margen. Los pequeños cursan varias extraescolares —música, judo, fútbol y natación una vez a la semana—. Nos gusta invertir en eso, creemos que es bueno, que les aporta mucho. De momento, nos vamos organizando”. Hacer compra si es necesario, preparar la comida del día siguiente, la cena, el baño. Cuando los pequeños están dormidos, se sobrepone al cansancio y aprovecha para trabajar y repasar la clase que va a impartir al día siguiente. “Es incompatible. Si estás en casa, te tienes que dedicar a los niños, eso tengo muy claro”.

Como madre, en estos años ha aprendido a ser más flexible y compasiva consigo misma. “Si no puedes llegar a todo, no pasa nada. Pero esa perspectiva te la da el tiempo. Al principio es todo más intenso, te exiges más y buscas más la perfección y tampoco es necesario”.

Lorena percibe la maternidad como una “experiencia única”. “Ser madre te cambia la perspectiva de la vida a una menos egoísta, más generosa. Para mí, ahora el centro de mi vida son mis niños”, reflexiona. Una experiencia que también ha exigido transformaciones y renuncias. Tras ocho años dedicada a la crianza, Lorena ha recuperado recientemente el hábito de hacer deporte. “Lo necesitaba, es un ratito que tengo para mí de desconexión total”.

Los viajes de esta joven madre también son diferentes. “Haces las excursiones con más ilusión, para descubrirles cosas nuevas a ellos. Lo disfrutamos todo como a otro nivel”. Lorena confiesa sentirse “muy plena” viviendo la aventura de la maternidad, viendo crecer a Mario, Sergio y Lola, siendo testigo de cómo van construyendo su personalidad desde los primeros años de vida. “Sergio y Lola son muy empáticos y cariñosos. Mario es muy maduro e independiente. Mis chicos me quitan mucha energía, pero también me la dan. Un abrazo suyo te llena un montón, es una pasada”.