Memorias de un Farero (III): el naufragio de una trainera española

Siempre que aludimos a la fiereza del mar portugués pensamos en esa larga costa abierta al poderoso océano Atlántico. Sin embargo, a veces, el peligro del mar surge en las zonas más abrigadas, como en la parte oriental del Algarve, junto a la costa onubense.

Los acontecimientos sucedieron, como casi siempre, en la oscuridad de la noche, hace hoy diez años.

Hacia las 3:20 horas del 8 de abril de 2014, la Capitanía del Puerto de Olhão recibe la agitada llamada de auxilio de una voz con acento español. La trainera Raio de Luz, de bandera portuguesa pero con tripulación española, está a punto de encallar frente a la barra de Faro-Olhão, cerca de la Isla de la Culatra.

Se movilizan la Policía Marítima de Olhão, una lancha de rescate del INS (Instituto dos Socorros a Náufragos) y personal del Faro del Cabo de Santa María.

La embarcación acaba por chocar contra las piedras del espigón en su parte este. Se trata de un barco pesquero de arrastre, de 16 metros de eslora y registrado en Cascais, por lo tanto, de bandera portuguesa, con tres tripulantes procedentes de Isla Cristina (Huelva), que se dirigían a faenar a Quarteira, en el Algarve central.

Según recogió la prensa regional portuguesa y española de la época, en el momento del suceso el capitán iba al timón y los otros dos pescadores estaban durmiendo. El mar no presentaba particulares condiciones adversas, por lo que se atribuyó a un fallo humano, por distracción o adormecimiento, el que la trainera acabara encallando en el rompeolas.

Una vez más, el personaje que es hilo conductor de esta serie, Historias de la Costa Portuguesa, se hallaba en el lugar de los hechos. El viejo conocido de esta subsección, farero jefe Armindo Nogueira da Silva, en 2014 estaba destinado en el Faro de Santa María de Olhão. Esa madrugada, tras comunicar con el Capitán del Puerto de la Capitanía de Olhão, comandante Conceição Duarte, movilizó a todo el personal del faro a su cargo y salieron con el tractor remolcador por si pudiera ser de ayuda, así como con cabos y otro material. Afortunadamente, no fue necesario.

Cuando los servicios de socorro llegaron a la embarcación, los tres tripulantes ya habían abandonado la trainera y subido a una lancha salvavidas. Se les condujo a tierra, donde esperaban los servicios médicos, de los que no hubo que hacer uso, pues todos se encontraban en buen estado, aunque nerviosos y completamente mojados, por lo que, después de una ducha, de serles entregada ropa seca y tomado un desayuno caliente, prestaron declaración en la Capitanía de Olhão sobre lo sucedido.

Horas más tarde, se intentó remolcar el barco, pero las condiciones del mar obligaron a aplazar esta acción. Según cuenta para este medio Nogueira da Silva, días más tarde el barco se partió y el Raio de Luz fue llegando a tierra en pedazos, que los fareros recogieron y transportaron hasta el depósito del faro.

La costa algarvía, aunque algo protegida de los vientos oceánicos, también sabe dar sustos a quien se confía en ella.

Este relato forma parte de la serie Historias de la Costa Portuguesa, ha sido construido teniendo como base el testimonio trasmitido por Armindo Nogueira da Silva, farero durante 37 años en atalayas de todo el litoral portugués.

Nogueira da Silva atesora bonitos recuerdos de este destino algarvío, pues fue felicitado por sus superiores por la labor realizada durante los años que permaneció al mando del Faro de Santa María, especialmente por los trabajos de señalización efectuados en la Ría Formosa.

Próximamente, en HISTORIAS DE LA COSTA PORTUGUESA de esta sección PORTUGAL, Memorias de un Farero (IV).

Otros artículos de la serie Historias de la Costa Portuguesa:

Cementerio inglés de Serra do Bouro: una historia portuguesa de navíos y tempestades.

La duna más grande de Portugal.

Memorias de un Farero (I): el naufragio de Navidad.

Memorias de un Farero (II): el naufragio que cubrió de maíz las playas de Oporto.