Spoiler de Semana Santa

Para mí esta semana de vacaciones es la época en la que soy más consciente de lo que significa nuestra cultura religiosa y nuestra Fe.

Demuestra la importancia de los símbolos y puede ser una alegoría de la vida. Cuando los jóvenes se separan de la religión sorprende verlos en las procesiones o como cofrades.

Es una semana que representa el dolor máximo con la imagen de la Virgen de los dolores atravesada por espadas. Pero con el spoiler de la resurrección.

No he encontrado ninguna narración literaria, ni experiencia vital con una fuerza mayor para la esperanza. Te da alas para la vida ante cualquier desgracia: muertes de seres queridos, traiciones, injusticias, abusos, violencia, envidias, desamores.

Poder creer este relato es convertirse en inmortal desde la humildad. Entrar en Jerusalén un Dios a lomos de un borrico es la mayor lección de la grandeza de la pobreza. Contrasta con los grandes despachos de los piadosos banqueros, de las grandes mansiones o de los helicópteros presidenciales.

Dice google que algunas fuentes históricas dan el inicio de la Semana Santa en celebraciones paganas, de la Diosa Astarté, una Diosa mesopotámica, que para los griegos sería Afrodita. Oí en estos días a un tertuliano la procedencia barroca de la mayoría de las tallas donde decía que querían expresar todo a la vez, belleza, sentimiento, pasión, dolor, alegría. Desde luego no son minimalistas, transmiten intensidad.

Pero nunca he aspirado a ser erudito. Mis recuerdos vienen desde niño en Moralina de Sayago, la procesión de la Soledad, cuando empecé a llevar a hombros el Cristo, la alegría del encuentro con el Hijo. La devoción de mi abuela. Todo austero, una vuelta por el pueblo, entre la morera, viendo algunas encinas y recuerdo por zona de guindales que todavía no estaban en flor. Se iba parando en las estaciones y recuerdo las matracas o carracas tocando en vez de las campanas. Ahora esa procesión es minoritaria y se hace más corta.

Considero que también es un antídoto contra los miedos. Nos enseña la fortaleza de la debilidad, nos libera de alguna forma de las impotencias. Ridiculiza los ejércitos, los palacios y a los listillos. Es una epopeya al alcance de la persona más sencilla y alejada de las garras de los poderes fácticos.

Por eso no debemos renunciar a intentar vivir y transmitir este legado divino. Fue una de las razones por las que viajamos a Jerusalén con toda mi familia. Puedo decir que mis hijas estuvieron allí, aunque también vale aquí. También quiero este mensaje para los chicos y chicas de la Casa Escuela Santiago Uno y demás juventud.