José Ignacio García y sus “26 soldaditos de plomo”, un libro de crítica literaria para animar a la lectura en la librería Víctor Jara

Crítico literario en las páginas del ABC, del periódico “La Nueva Crónica de León”, gestor cultural y sobre todo, narrador de fuste, José Ignacio García se revela, en cada encuentro con sus ya fieles lectores, como un magnífico conferenciante. En un mundo de polarización y enfrentamiento, el suyo es un acercamiento inteligente, cariñoso, irónico en ocasiones, siempre sagaz y lleno de gracia al panorama literario, ese donde distingue “la buena literatura y la de entretenimiento”.

En un viernes de calles llenas y temperaturas suaves, el interior de la librería Víctor Jara también es acogedor y cálido. Estos soldaditos que el autor descubrió en una ocasión en la que le hicieron ver que los 26 tipos de la imprenta de Gutemberg habían hecho más por el avance de la humanidad que todos los ejércitos, le sirven para titular un espléndido ejercicio literario de generosidad libresca. García no solo es un gestor de iniciativas colectivas como “Contamos la Navidad”, que durante 14 años ha revalorizado el mundo del relato navideño y la ilustración, sino que es el antólogo y prologuista de un indispensable “Cuentos pendientes” publicado en el año 2021, que recorre el panorama del relato breve castellano y leonés de forma indispensable para el lector y para el estudioso.

Los autores desean hablar de sus libros y José Ignacio García viene a presentarnos un libro en el que habla de los libros de otros. En la mejor tradición del periodismo que es literatura, sus críticas literarias, subgénero que ha reinventado acercándolo a la columna personal, al diario, al relato de los días pegados a la actualidad, se convierten en libro y trascienden. Son “Los solos de Clarín” con una calidad literaria que nos recuerda que la buena crítica es magnífica literatura. José Ignacio García nos señala que, de los aproximadamente 97.000 títulos de ficción que se publican en España –una cifra ciertamente mareante- él es capaz de leer y glosar cien al año, aquellos títulos que verdaderamente le sorprenden, gustan… sin ningún tipo de presión por parte de los grandes grupos editoriales, porque si hay algo que caracteriza a este crítico es la honestidad y la independencia.

García, como bien señala en el prólogo, magnífico, de Conde Parrado, es un crítico libre que solo reseña aquello que le gusta y que nos recomienda en un estilo que ya tiene seguidores y que, leído como un libro, se revela como una forma narrativa de diario personal sin dejar a un lado ese desmembramiento muy inteligente del libro leído. Reseña tradicional al uso, sí, pero trufada de humor, de gracia, de actualidad y lejos de aquellos reseñadores que se leen el dossier encomiástico que envía la editorial y para colmo, se dejan cambiar continente y contenido. José Ignacio García sienta sus reales y tiene sus certezas: nunca reseña traducciones, ni habla de aquellos autores con los que se relaciona como coordinador de la espléndida serie “Cuentenario” en Castilla Ediciones en la que los autores salmantinos están tan bien representados en la persona de Miguel Ángel Malo, Ajo Diz, Yolanda Izart o Isabel Bernardo. García, en su afán de búsqueda de títulos que pueden pasar desapercibidos, hace una labor de promotor de la buena literatura que ahora, está logrando sus frutos, afán que se une a su tarea de conferenciante en uno de los últimos proyectos del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Es, definitivamente, uno de los mayores expertos en nuestra narrativa, en la narrativa de la tierra, y una de las voces más respetadas de la crítica nacional.

Sin embargo, este reconocimiento tiene un envés que el autor relata con mucha gracia. El crítico que tanto trabaja le devora el tiempo al escritor. La prosa elegante, atractiva y adictiva de los relatos y novelas de José Ignacio García parece ahora dedicada a la crítica a mayor gloria de los autores que tienen el privilegio de su lectura. Y el escritor espera su turno, un escritor que, según sus palabras “Es un artesano, un alfarero de esa palabra que debemos tratar con cuidado. Escribir bien, lo primero, y tejer historias que interesen al lector, lo segundo”.

Deudor de los grandes escritores de periódico cuyas páginas de papel –apasionada su defensa del papel en una librería de tan extenso fondo como Víctor Jara- no perecen en la actualidad diaria sino que se convierten en libro memorable, José Ignacio García nos devuelve a la magia del autor cercano al público, chispeante, creativo en cada frase, estimulante, con un talento oral que nos recuerda el gusto por la tertulia. Es, en definitiva, lo que venimos a escuchar en una presentación, y el deseo, obviamente, es que haya muchas más así. Bravo por las librerías y los encuentros felices con estos autores capaces de sacar toda su artillería. Con ustedes, los soldados, siempre firmes, de José Ignacio García, lectura más que recomendable para leer a otros.

Charo Alonso.

Fotografías: Fernando Sánchez Gómez.