De Salamanca a Bogotá para celebrar las Navidades en familia

Las navidades son unas fiestas de reencuentros, de abrazos, de familia. Miles de personas vuelven a casa para disfrutar de estos días al lado de los suyos: estaciones llenas, muchos viajes y un destino concreto. Igual que muchos salmantinos vuelven a la ciudad en estas fechas, otros son los que se van.

Es el caso de Miguel, un conocido pintor de vítores en Salamanca. Él, junto a su familia, viven en Salamanca, ciudad donde tienen su vida. Pero cada año en estas fiestas navideñas hacen la maleta, coge un avión y ‘cruzan el charco’ para pasar estos días con su familia, que vive en Bogotá, Colombia. Este 2023 es el decimocuarto año que ha viajado hasta Bogotá para celebrar estas fechas, y precisamente desde allí, nos cuenta esta experiencia.

Él es de aquí, charro, pero su historia se remonta hace varios años atrás, cuando conoció a Johanna, su pareja. “Nos conocimos en Salamanca. Ella vino para hacer una estancia en la facultad de medicina y finalmente terminó sus estudios en la Universidad de Salamanca”, explica. “La primera vez que viajamos juntos fue en el año 2008 y desde entonces intentamos viajar todas las navidades a Colombia”, su país natal.

Este año las están pasando en la capital colombiana, Bogotá, pero también ha conocido otros lugares como Santa Marta, Armenia, Filandia, Salento, Villa de Leyva, Cartagena de Indias, San Andrés, Medellín, Cali, Barranquilla, Buga, Chiquinquirá, Guatapé, Villavicencio, Melgar…

Un avión y 7.868 kilómetros para reencontrarse y celebrar estas fiestas en familia. “La Navidad en Colombia es el momento más importante del año”, explica Miguel. “Hay un ambiente muy bonito en la ciudad, viven estas fechas de forma muy intensa, sobre todo compartiendo y disfrutando de las reuniones familiares y de la ciudad”. Cabe destacar que en estos momentos, allí es verano, algo que no solo se sabe por el clima. “Son las vacaciones largas, lo que para nosotros en Salamanca sería el equivalente a las vacaciones de verano y las familias aprovechan para viajar”, explica.

Existen diferencias entre España y Colombia para celebrar estas fiestas, con costumbres parecidas pero muy diferentes a su vez. “La Navidad comienza oficialmente en la noche de las velitas, que consiste en encender velas y faroles para iluminar las calles en la noche del 7 de diciembre, mientras cada luz representa un deseo y un agradecimiento personal”, explica.

También destaca la celebración más propiamente religiosa. “Se trata de la novena, que consiste en reunirse con familiares y amigos para rezar nueve días antes de que nazca el Niño Dios. En estas reuniones se reza, se cantan villancicos típicos de Navidad … tutaina … el burrito sabanero ...”, detalla. “En Bogotá se reza la novena en la iglesia del Divino Niño, es a las cinco de la mañana y van cientos de personas. Allí, el momento más bonito es cuando el sacerdote bendice a los niños y a las familias”. Y las tradiciones continúan. “El día de año nuevo la gente sale a la calle y preparan el asado en la calle para compartirla con vecinos y familiares, con música de Navidad. También es imprescindible subir al cerro donde está la iglesia de Monserrate, desde donde se puede ver toda la ciudad desde lo alto y disfrutar de su iluminación”. Unas celebraciones con familiares, amigos y vecinos muy ligadas a la tradición.

Los días festivos que conocemos en España (24, 25, 31 de diciembre y 1 de enero) son los mismos, a excepción del Día de Reyes, 6 de enero. “Aquí no es tan celebrado a excepción de algunos barrios de la capital. Una curiosidad es que los regalos los trae el Niño Dios y el niño no se coloca en el pesebre hasta el día 25 de diciembre porque realmente es cuando nace”, detalla.

Gastronomía y menús en Navidad

La gastronomía varía y eso muy diferente a lo que solemos comer en España y en Salamanca durante estas fechas. El menú gastronómico en Colombia es muy amplio, aunque varía dependiendo de las zonas del país. “Aunque en la capital se puede encontrar casi cualquier producto típico del país, lo más típico es el buñuelo y la natilla. También la lechona, el pavo, el vino cariñoso con galletas”, explica Miguel.

Miguel conoce muy bien las navidades en España y las navidades en Colombia, pues lleva 14 años viajando para celebrar estas fiestas allí, por ello, reflexiona sobre las semejanzas y diferencias entre las mismas fiestas en dos lugares tan alejados entre sí en el globo terráqueo. “Es curioso pensar que por hablar el mismo idioma y tener la misma religión católica las navidades se viven del mismo modo, y no es así. En Colombia las navidades son realmente unos días de rencuentro familiar, de celebración y de comida típica. También existen numerosas iniciativas de ayuda a las personas que viven en la calle, en estos días se realizan encuentros y se organizan almuerzos en los que además se les entregan productos de aseo personal y ropa además de algún juguete para los niños”, explica.

Una exposición para conocer el país

Con el transcurso de los años y después de tantos viajes y navidades en Bogotá, Miguel ha captado multitud de momentos con su cámara de fotos. Ahora, ha recopilado algunas de esas fotografías en la exposición ‘Colombia tierra querida’, que puede visitarse en la cafetería del Casino de Salamanca hasta final de año.

Una exposición que ha sido posible “gracias a un gran amigo que me ha abierto las puertas y a la dirección de la cafetería la confianza para exponer las obras que yo considerara”.

Con esta exposición, dirigida a todos los públicos, “quiero dar a conocer aquellas curiosidades de un país hermano y de esa gente que es tan cariñosa con el visitante. Espero que los salmantinos puedan descubrirlo, pero también aquellos colombianos que quieran reconocer este punto de vista desde los ojos de un español que trata de descubrir estas y otras curiosidades principalmente en la ciudad de Bogotá".

Se trata de 20 fotografías con un formato de 50 x 60 cm., impresas en papel fotográfico mate CANSON de 140 g. Además, cada obra está firmada y marcada con su título y tienen un precio de 121€. “He querido poner la mirada en aquellos puestos de venta ambulante, en las personas que están detrás, en los productos y en la forma de presentarlos”, concluye Miguel.