La impotencia del PP

Poco puede hacer el Partido Popular para que no se apruebe la amnistía que está pactando Pedro Sánchez con Puigdemont. En cuando los dos participantes se pongan de acuerdo, está previsto que la amnistía se cuele en el calendario de las Cortes y pase a ser un hecho incontrovertible.

Ante eso, poco pueden hacer quienes se oponen a ese trágala, encabezados por el PP. Todas sus acciones tienen un carácter simbólico como la protesta del Poder Judicial o las manifestaciones en la calle, incluidas las que tienen lugar ante las distintas sedes del PSOE. La ley será lo que este último partido quiere, pues para eso tiene la mayoría parlamentaria suficiente.

Por eso, por mucho que el PP se desgañite en que se opondrá al propósito gubernamental de cesión a los independentistas por tierra, mar y aire, poco podrá hacer como no sea el derecho al pataleo. Ni siquiera la mayoría de las derechas en el Senado servirán para otra cosa que retrasar la entrada en vigor de la ley, pero no para impedirla.

El PSOE ya ha conseguido, con un Tribunal Constitucional sumiso a sus intereses, que no haya dificultades añadidas a la tramitación legal de la amnistía. El subsiguiente paso del Partido Popular de recurrir a la justicia europea tiene poco recurrido porque la Unión Europea no es partidaria de entrometerse en las cuestiones internas de sus estados miembros.

Así que por mucha razón que tuviera el PP, carece de medios legales para oponerse a una medida gubernamental de sumisión a los enemigos del Estado. Tampoco ha sabido rentabilizar esa postura, pues las encuestas se dan una subida demoscópica pero el PSOE resiste estoicamente y la oposición tiene difícil conseguir una mayoría alternativa aunque hubiese elecciones.

Por todo esto no queda más que la impotencia de los populares y aceptar que la amnistía está exclusivamente en menos de lo que decidan Puigdemont y sus seguidores. Hasta aquí hemos llegado.

Enrique Arias Vega