La dura historia del panadero salmantino que pasó por tres campos de concentración nazis
Juan Acedo pasó por Mauthausen y Gusen, donde se aceleraba el proceso de exterminio de los deportados
La Asociación Salamanca Memoria y Justicia continúa recordando a los salmantinos que, durante la segunda guerra mundial, acabaron sufriendo los horrores de los campos de concentración nazi, de los cuales muchos no volverían a salir.
Este es el caso de Juan Acedo, vecino de Montemayor del Río y que fallecía en el campo de Gusen en 1941. Por ello, la asociación rendirá homenaje a este hombre nacido en esta localidad de la comarca bejarana con dos actos durante el viernes y el sábado.
El viernes, a las 19:30 horas, en el salón de plenos del Ayuntamiento, tendrá lugar una charla bajo el título “De Montemayor del Río a Mauthausen”, con la participación del periodista Luis Álvarez, vinculado a Montemayor, y de Hilario Hernández, de la Asociación Salamanca Memoria y Justicia. El primero de ellos hablará de la figura de Juan Acedo, sobre el que realizó hace unos años una singular investigación. Por su parte, Hilario Hernández expondrá el panorama del conjunto de los 36 salmantinos que fueron deportados a campos nazis.
En la mañana del sábado 14, se instalará en su memoria una stolperstein, un pequeño adoquín del que sobresale una placa metálica en la que figuran los datos más relevantes de Juan Acedo. En el acto, además de representantes locales y de la asociación, participará el guitarrista de Montemayor Juan Fernández.
¿Quién fue Juan Acedo Blanco?
Juan Acedo nació el 21 de enero de 1906 en Montemayor del Río, una villa histórica al sur de la provincia de Salamanca, que por entonces contaba con más de 800 habitantes. Era hijo de Marcelino Acedo Hernández, un jornalero natural del pueblo, y de Isabel Blanco Rodríguez, nacida en Madrid. Poco después nacieron sus hermanos Tomás, en 1908, y Pedro, en 1910.
Cuando nace este último, el padre está en el extranjero, probablemente buscando un trabajo que le permitiera sacar adelante a su familia. Lo cierto es que también la madre y los tres hijos emigraron muy pronto del pueblo para establecerse en Madrid, donde en los años 1930 tenían en la calle Bocángel N.º 5 el domicilio familiar, que siguió siendo el domicilio de la madre, Isabel Blanco, hasta su fallecimiento en 1964.
Cuando le correspondió, hizo el servicio militar siendo destinado al Regimiento de Artillería Melilla N.º 59 y licenciándose como cabo. En Madrid, Juan Acedo se casó con Felisa Fernández Manzano, con quien tuvo un hijo, Ángel Acedo Fernández. Trabajaba de panadero y estaba afiliado al Sindicato de Obreros de Artes Blancas (UGT). Pero el estallido de la guerra le hizo cambiar la tahona por las trincheras en defensa de la República y estuvo en 1936 en el frente del Tajo, en el 7º Grupo de Asalto de la 25ª Compañía. También en 1936 entró a formar parte del Partido Comunista de España, según consta en el expediente del proceso que años después de su muerte le abrió el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.
Desde mayo de 1938, estuvo destinado en Barcelona como guardia, prestando servicio en el Comité Provincial de Investigación Pública. Hasta que en febrero de 1939 hubo de pasar al exilio en Francia, desde donde su familia recibió una última carta de Juan Acedo, antes de caer en manos del ejército alemán.
En el verano de 1941 se encontraba como prisionero de guerra en Allenstein, Olsztyn (República de Polonia), fue concentrado en el Stalag IB y, junto a otros republicanos españoles, el 6 de agosto de 1940 fue subido a un tren con destino para ellos desconocido. El 9 de agosto de 1940 el tren llegó al campo de concentración de Mauthausen, destinado por los nazis a presos cuya reinserción en la sociedad no era deseable. Era el segundo convoy con españoles en llegar a Mauthausen y con Juan llegaron otros dos salmantinos Pablo Agraz y Benito Martín del Águila.
Se le asignó el número matrícula 3709 y, aunque en su ficha del campo figura su profesión de panadero, no debió servirle de mucho y, tras cinco meses y medio en el campo central, fue también de los primeros españoles transferidos al subcampo de Gusen, donde se aceleraba el proceso de exterminio de los deportados; fue un 24 de enero de 1941 y se le asignó el número de matrícula 8974. En Gusen logró sobrevivir durante casi diez meses, hasta que en la mañana del 18 de noviembre de 1941 los nazis certificaron su muerte, cuando contaba con 35 años. Juan Acedo fue el cuarto salmantino que falleció en Gusen ese mes de noviembre de 1941, tras Rodolfo Ruiz Dávila, de Villaflores, Benito Martín del Águila, de Peñaranda de Bracamonte, y Macario Flores, de Chagarcía Medianero. En ese fatídico mes fallecieron en Gusen cerca de 1.000 españoles, cuando al trabajo esclavo, las palizas y el hambre se unieron epidemias de tifus y otras enfermedades.
La familia de Juan Acedo tardó años en conocer su destino. Ocho años después de su muerte, el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo inicia contra él un proceso que terminaría siendo archivado en enero de 1950, tras constatar que no se encuentra en España. En el expediente figura un informe de la policía franquista tras visitar su domicilio en Madrid, según el cual su familia “manifiesta que desde el año 1940 que tuvieron una carta del reseñado desde Francia, no han vuelto a saber de él"
