Una tradición única que lanza un mensaje de socorro

“Una pesetita por San Juanito”. Durante muchos años, esta fue la cantinela que recorría las calles de Bejar con motivo de la festividad de San Juan. La devoción de los pequeños por este santo acabó dando lugar a una tradición única, la elaboración de arcos decorados con hiedras, flores o imágenes de San Juan, colocados por los barrios de la ciudad textil.

Aunque existe constancia en siglos pasados de la elaboración esporádica de estos altares, es el siglo XX, sobre todo a partir de los años cincuenta, cuando toma el cariz de importancia de tal manera, que una empresa bejarana, Carbónicas Molina, convirtió en un concurso infantil esta fecha, implicando a pequeños y mayores que desde primeras horas del 24 de junio, salían a la calle con todos los materiales necesarios para realizar el arco más bello y llamativo. La creación de este concurso “salvó” a la tradición de caer en el olvido.

Sin embargo, tras unas décadas en los 80 y 90 de una extraordinaria participación, que hacían de la fiesta de San Juan, una cita destacada en el calendario bejarano, en los últimos tiempos, nuevamente, desde la parroquia del santo y la empresa bejarana, se lanza un mensaje de auxilio, de ayuda en forma de creación de arcos, para que se sigan recogiendo colectas para los calzones del pobre San Juanito.