La barca de Guadramiro sobre el río Huebra
En Guadramiro, el topónimo menor “Vado de la Barca” nos recuerda la existencia de una antigua barca de paso sobre el río Huebra, que durante siglos permitió conectar Guadramiro y Cerralbo.
Frecuentemente, la toponimia menor que se conserva en nuestros pueblos nos habla de los elementos o actividades que se daban en determinados parajes, sirviendo de testigo de un pasado que, aunque en ocasiones ya se ha perdido en el paso del tiempo, resiste en la memoria de nuestros topónimos.
Tal es el caso de la zona del “Vado de la Barca” o “Vado la Barca” de Guadramiro, que debe su nombre a la existencia de una antigua barca de paso sobre el río Huebra en una zona de remanso natural del agua, que permitía un paso más fácil mediante embarcación sobre este río. Una barca que sirvió durante siglos como conexión entre los municipios de Guadramiro y Cerralbo antes de que se construyese el antiguo puente de Cerralbo a finales del siglo XVIII.
Y es que el antiguo puente de Cerralbo (hoy en desuso tras la construcción del nuevo puente en 1995) fue construido según proyecto hecho en 1776 por el arquitecto Juan de Sagarvinaga, y sobre la construcción del mismo se conserva un contrato firmado en Guadramiro por tres maestros de cantería (que trabajaban en la obra del puente) con el alcalde guadramirense de la época, Pedro Fuentes, fechado el 4 de junio de 1780, acerca del acarreo de piedra para la construcción del puente que uniría Guadramiro y Cerralbo por encima del cauce del río Huebra.
Este puente supuso un avance muy importante para las comunicaciones entre El Abadengo y las tierras del sur de la Ramajería y la Tierra de Vitigudino, por cuanto permitía un trasiego más cómodo y rápido de mercancías a través del mismo, así como de mayor tonelaje, dadas las dificultades que entrañaba hacerlo a través de la vieja barca guadramirense.
De este modo, con la puesta en marcha del puente de Cerralbo a finales del siglo XVIII, el viejo barquero encargado de pasar personas y mercancías entre Guadramiro y Cerralbo cesó de sus funciones, quedando perdida en el recuerdo de la historia su labor, prolongada durante siglos, y que tanto supuso para poder sortear el paso del Huebra en esta zona.
Y es que la vieja barca de Guadramiro, al dejar de tener utilidad por ser más fácil la conexión a través del nuevo puente, cayó en desuso, siendo destruida, tal y como señalaba Pascual Madoz en 1847 en la entrada sobre Guadramiro en su afamado ‘Diccionario geográfico-estadístico-historico de España y sus posesiones de ultramar’, en que apuntaba que “la barca que tenía el río fue destruida hace algunos años”.
En todo caso, más de dos siglos después desde que desapareciese la barca de Guadramiro para pasar el río Huebra, la toponimia hoy aún nos recuerda que el “Vado de la Barca” fue la morada de aquel medio de transporte fluvial que nos permitió estar conectados a guadramirenses y cerralbeños antes de la llegada del vetusto puente de Cerralbo.
